Tamayo, Abdón lraizós, Eduardo Rodríguez
Vázquez, Jorge Sáenz, Felipe Segundo Guz–
mán, etc., que han jugado papel preponde–
rante
~n
la historia boliviana, y que ya han
recibido el tributo eterno a la tierra.
de Dios Bosque, Adolfo Ballivián, Evaris–
to Valle, José Rosendo Gutiérrez, J enaro
Sanjinés, Emeterio Villamil de Rada, Beli–
sario Salinas, Félix Reyes Ortiz, Julio Cé–
sar Valdez, Isaac Tamayo, Crispín Andrade
y Portugal, Sabino Pinilla, Fernando Eloy
Guachalla, Pedro Kramer, Lucio Pérez Ve-
l$
Muchos llegaron a la presidencia de la
Repúblic~,
otros descollaron en diversas
El edificio del Congreso como es en la actualidad.
lasco, José Manuel Pando y otros más, for–
man la brillante pléyade de parlamentarios
paceños, cuyas voces resuenan en un largo
período de la historia política del siglo
pasado. Defensores de la ley,
lo~
más, su
actuación constituye un ejemplo de patrio–
tismo, de honor, de hombría de bien. Com–
baten los despotismos, y en la defensa de
Linares -primer presidente civil- caído
por la traición, se muestran nobles y ejem–
plares en la lealtad.
De la promoción del 900 puede conside–
rárseles a Claudio Quintín Barrios, Abel
lturralde, Isaac Soria Campen¡>,
Ma~?rio
Pinilla, Ismael Montes, Bautista Saavedra,
Daniel Sánchez Bustamante, ':Rosendo Vi–
llalobos, José Luis Tejada
So~·zano,
Franz
actividades y todos sobresalieron por su
afán de resguardar las instituciones y alzar
su voz por ·el imperio de la ley, de la tra–
dición democrática, de las libertades, aun–
que algunos momentáneamente ofuscados,
hayan olvidado sus grandes campañas cí–
vicas. Tampoco importa: son errores venia–
les, pues la justicia histórica los absuelve
para situarlos entre los bolivianos qu·e han
cumplido su deber.
Pertenecen a la nueva generación Carlos
Salinas Aramayo, Hugo Montes y Alfredo
H..Otero, para citar sólo a los muertos, pues
por lo que respecta a los d·emás, su conducta
aún no ha pasado por el tamiz de la verda–
dera crítica histórica.
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