CONGRESOS
QUE HAN FUNCIONADO EN LA PAZ
PARLAMENTARIOS PACEÑOS NOTABLES
por
MOISÉS ALCÁZAR Z.
1
R
ESULTADO
del desorden y la anarquía
de los primeros tiempos, cuando la
República debatíase en la epidemia
de los cuartelazos y la prepotencia militar,
las Asambleas legislativas se han reunido
en difer-entes puntos del extenso territorio
boliviano.
Sucre, La Paz, Cochabainba, 'üruro, y
hasta un villorrio -Tapacarí-, fueron se–
de de los Congresos, Convenciones y Cons–
tituyentes, cuya misión primordial se con–
cretaba a loar al vencedor y glorificarle
por sus hazañas, para a poco estigmatizado
con la misma pasión con que s·e lo había
adulado antes.
Tal desorden impidió que el Parlamento
tuviera lugar conocido y definido donde de–
senvolver sus actividades. Por eso, en la
turbulencia de las primeras décadas, reu–
níase en colegios, conventos, iglesias, resi–
dencias particulares, etc., y viajaban erra–
bundos los legisladores, de ciudad en ciu–
dad, de villorrio en villorrio, de casa en
casa, salvando en este peregrinar las
poc~s
fuentes de archivos y documentos con que
debe escribirse la Historia, y ésa es la ra–
zón de la dificultad d·e encontrar los orí-
genes fidedignos que son vida del pasado
de los pueblos.
Fué después de la Revolució!l Federal
que se dispuso la construcción del Palacio
del Congreso, en La Paz, en el mismo lugar
donde otrora había sido escenario de espe–
luznantes episodios de la agitada historia
boliviana.
En la cuenca que pone fin a la dilatada
llanura, la urbe diseminaba desordenada–
mente sus construcciones en la audaz topo–
grafía de la quiebra. El Choqueyapu ser–
penteaba turbio y caudaloso en la época
lluviosa; manso y exiguo en las otras
estaciones. Las casas se agrupaban en
desorden, chatas y blanqueadas, muchas de
tejas parduscas y algunas de paja gris. Allí
moraban, bajo
-el
regazo protector del Illi–
mani, unos 60.000 habitantes "mediana–
mente laboriosos en las artes e infatigables
en las revoluciones", como dice, acertada–
mente, un inteligente escritor d-e la época.
Al este de la ciudad estaba situada la
Plaza, diseñada, en 1558, por el alarife
Juan Gutiérrez Paniagua, cuando· era corre–
gidor don Ignacio Aranda. Tenía al
centro~
por único monumento, una fuente de már–
mol blanco rojizo construída en 1847.
El viento soplaba en la desnuda plaza y
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