cuando algún peligro amenaza las institu–
ciones democráticas.
En el proceso del municipio paceño se
advierte el predominio de muy definidos
elementos constitutivos, como una constante
voluntad creadora que no desfallece ante
los obstáculos; están trazadas vigorosamente
las líneas de una metódica evolución de la
mera dependencia a la autonomía, hacia
proyecciones que exceden los límites de la
jurisdicción comunal corriente; se patenti–
za la influencia del centro coordinador,
ejercitada sobre el hombre de la comunidad
que dentro de su órbita o fuera de ella se
mueve como una parte viva de la conciencia
urbana; prevalece una clarividente percep–
ción del destino histórico del pueblo, como
parte de un continent·e -unidad moral y
política que más tarde debía tomar los
contornos de la clara conciencia del pan–
americanismo- y es digno de notar el
desarrollo de los factores psicológicos, en
los que la autodeterminación toma gran
impulso por el mismo hecho de las restric–
ciones imperantes y como una lógica reac–
ción a ellas. Los miembros del ayuntamien–
to, en especial aquellos que tomaron parte
directa y activa en el proceso revoluciona–
rio, dieron pruebas inequívocas de previsión
y estaba maduro su criterio, anticipándose
a la época, a fin de pr·eparar el medio am–
biente y hacerlo apto para responder a los
reclamos populares en el momento de trans–
formaGiÓn· glf§ sigue al lento desarrollo de
los hechos bisfóricos. Predoiuinaba una ca–
bal concepción del Estado jurídico del por–
venir, que poco sabía de los principios
doctrinales proclamados por el movimiento
reformista de Europa, pero que primordial–
mente se atuvo a las necesidades propias,
entendidas por experiencias
y
pragmáticas,
a la vez que a una noble inquietud
y
acu–
ciosidad para seguir el desarrollo de las
corrientes universales del pensamiento fi–
losófico, cuando la distancia y el aislamien–
to constituían los eficaces medios de que
se valía la Corona para seguir gobernando
a su .modo a las colonias sometidas, por lo
Un sillón histórico en la Municipalidad de La Paz.
menos aparentemente ya que la sustancia
del idealismo libertario fermentó en los co–
razones como presagio de mejores días.
Fué tenaz e incruenta la lucha entre el
oscurantismo preconizado por la metrópoli
y la perenne inqui·etud de los hombres-·diree–
tores del movimiento insurreccionai · por
captar y asimilarse las doctrinas liberales,
cuyo conocimiento se negaba a los pueblos,
manteniéndolos cercados por una .tnurálla
de silencio
y
censura; a fin de que los tes–
taferros de la Corona continuaran oprimien–
do a las masas aletargadas con mayor hi–
pocresía y disimulo. Luego, se descubre en ·
todo esto el gradual desarrollo de un idea–
lismo constructivo, el enfático
y
oertero re–
chazo de la subestimación del nativo, com–
plejo de inferioridad que siglos después
debía ser categóTicamerite desmentido por
282