Entrada de los Libertadores a la ciudad de La Paz. Bolívar
y
Sucre a la cabeza de las
tropas colombianas.
venga a sus intereses y gobierno". Se eli–
minaba voluntariamente de la disputa so–
bre el Alto P.erú. Quedaba el Bajo Perú,
cuya mirada no se apartaba aún del terri–
torio formado por la extinguida Audiencia
de Charcas.
· El odio incubado por la guerra prolon–
gada, había desaparecido. Sobrenadaba en
los' objetiv<>s de algunos discursos y en las
palabras sueltas pronunciadas en los co–
rrillos. No se expresó, sin embargo, cuando–
un grupo de patriotas condujo preso hasta
La Paz al general Aguilera, el enceguecido.
matador de Padilla y de Warnes. Se le
vió como un vencido merecedor d·e indife–
renCia.
Las tropas colombianas comandadas por
el Mariscal de Ayacucho, se encontraban,.
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