Table of Contents Table of Contents
Previous Page  78 / 262 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 78 / 262 Next Page
Page Background

74

JUUAN SANTISTEBAN OCHOA

Cursó latinidad, Artes y TeologÍa en el Coi.eqlo Máximo de los Jesuítas

del Cusca, siendo uno de sus maestros. el P. Pedro Mastlllo, el año de

1596

y siendo ordenado de menores, en Chd'llhuanca, por el obiSPo de Tu::umán

don Fernando de Treja, y de presbítero por el mismo obispo en la Iglesia

de San Francisco del Cusca, el 13 de Abril del mismo año. Después regre–

sa nuestro biografiado a Lima, donde se graduó de Doctor en Cánones y

Leyes, en Julio de

1606.

En

1597,

sacó Avila por concurso el curato de San Damián de Huarochi·

rí;

más tarde elevóle a Vicario el Arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo, en

vista del cela apostóliao y qe la predicación del Evangelio a los indios de su

propio idioma, del que llegó a ser gran hablista y conocedor. Por esta razón

los iÍidios de su curato intentaron hasta asesinarlo, principalmente por sus

sermones contra la gentilidad in::aica en que vivían. Es célebre el del

15

de Agosto de

1609,

que si dirige contra los ídolos Pariakaka y Chaupiñamoj.

de los que eran fertrientes adoradores y conservaban sus leyendas. Por esta

razón pidió su

traslado~

siendo nomora:da para el curato de Huánuco, en

1610.

Sin emb"argo, predicaba cada tlía y, a veces, hasta dós y tres sermones dia–

rios, no sólo en ·estas parroquias sino aún en la lejana Charcas y en· Lima,

en donde, como su c;olega y paisano Malina el cusqueño a quien se parece

tanto, predicó en el atrio de la Catedral a los indios, y en kech}.ta, sirviendo

de gran ayuda al santo Arzobispo Mogrovejo. -

En

1618

fué nombrado por el Rey canónigo maestrescuela de la Plata has–

ta 164G, época, en que regresq a Lima a ocupar, una canongía y ser muy con–

siderado por las altas

y

bajas esferas . so::iales. Así aseguran que el pra}9io

monarca Felipe III, en·

1618,

recomendó / al Consejo de Indias que tomaran

~n

cuenta el noclbre de Avila para el primer obispado vacant¡¡. Su origen

desconocido y su firme propósito de no querer reconocer a sus legítimos pa–

dres, que en mal día le abandonaron en el quicio de una solariega casa

CUf·

q ueña, le impidieron ser obispo.

Achacoso y enfermo, en sus últimos años, acabó sus días este gran ke–

chuólogo y predicador cronista del Perú, en forma muy cristiana, el

17

de Sep–

tiembr~

de

1647,

asistiendo a su entierro el Virrey ,

~a

Audiencia, los dos ca–

bildos y gran séquito, comÓ reconocimiento póstumo a sus grand es méritos.

Don José Toribio Polo, en la "Revista Histórica" de Lima, en

1906,

hizo

de Avila una_semblanza biográfica, 'y entré'otras cosas dice: "Son títulos de

Avila, para que s·e conserve su memoria: sus escritos contra la idolatría de

los indios, que pueden considerarse como históricos, por -los datos que sumi–

nistran, sobre cultos y

mito~

del Imperio Incaico; y sus serm'bnes en kechua,

en los que los usa cori destreza tal, que permite apreciar la perfección y be-

lleza de ese idioma".

·

Pero iunto a su obra bibliográfica y ·lingüística, hay autores que critican

al Dr. Avila y a otros curas de .su época como destrutcores de los restos ar–

queológicos

e

históricos del Incario; él mismo nos dice en uno de sus "Ser–

mones'' ¿Yo propio no saqué :más de treynta mil ídolÓs por mis manos abrá