JOSE MEJIA VALERA
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que durante la vigencia de !os matrimonios
1
por
generacione~
110
existieran guerras, pero el rapto de mujeres; en esta épo–
ca, no constituyó esencialmente una bÓrtificación por
l~
a–
bundancia de relaciones· libres <;lentro de la propia agrupa–
~1ón.
Fué la negativa al
t~ato
sexual interno
lo
que
deter.mi–nó que las guerras se convirtieran, ahora,
en
una fuent_e de
aprovechamiento sexual.
1
•
Podría creerse que existe una contradicicón cÜtl'
lo
afir-
111ado anteriormente sobre el
matrimonio~
Sinembargo, no
debe imaginarse. que el botin de mujeres en las guerras haya
· aparecido en lugar del matrimonio entre Ayllus.
Es
eviden–
te que las uniones exogámicas, como las denominaba Me
Lennan,
(21)
tuvieron esta doble vía, ya sea por medios pa–
dficos, mediante solicitudes a .mujeres dé otros ayllus, o bien
por medios violentos, durante las guerras. La primera
f
or–
ma estaba favorecida por la existencia de la pliandria, que,
como ya he expuesto, impulsó notablemente el robusteci–
miento y estabilidad del matriarcado. Por otra parte, la na–
turaleza polígama del hombre, hizo prosperar esta situación
de incertidumbre sobre el parentesco, ya que ámbas formas
combinadas, poliandria y poligamia, siempre sin desplaza-
1niento de la mujer, contribuyeron poderosa¡nente para la
yermanencia del Derecho Materno.
IN
o es de extañar, ade–
más, que este estado de poliginia se manifieste aún después
'
.
(21 )'
J.
F. McLennan, en su libro •·primitive Marriage", publica..
do en Lond·res en
1865,
creó los términos "exogamia·•
y
"en..
dogamia", para distinguir las prácticas de tomar esposa fue·
ra de la Tribu o dentro de la misma, respectivamente. Para
e· -=1table~er
esta d.educción, parte de la costumbre que tienen
algunos pueblos
de
practicar el infanticidio·.femenino y de
la
ceremonia del rapto
de
la novia.
Sus
afirmaciones. fueron
re–
futadas por Lewis
H.
Morgan
en
su libro ..Ancient Society"
~
New
York,
1877.
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