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crustado::; de perlas i piedras ra–
ras, sostenían hermoso siHón de
oro macizo, cubierto por un rico
dosel
d~ finí~.ima
tela entretejida
con hilos del mismo metal, que
permitían mirar sin ser vi¡;to.
Los reales músicos emboca–
ron las trompetas de barro i gra–
nito, e iniciaron
la Marcha de
lot Emperadores,
al compás de
los áukai huáncar, i comenzó el
sacro desfile.
Gallardos i engreídos pasa–
ron los guerreros de la Guardia
Imperial.
En seguida ¡;e vieron desfi–
lar los más antiguos representan–
tes de la
nobleza imperial: los
vieJOS
i
braví~imos
Capitanes
que habían engrandecido el im–
perio con
el
esfuerzo de sus bra–
zos i la bravura de su corazón.
Escoltaban el
Purupuru, la
ense–
ña gloriosa
r
de
T
ahuantinsuyu
que más grande i más rica que
el Súntur Páucar. se guardaba en
el
templo del Sol
i
sólo era sa–
cado en lntip Raimi.
Treinta mozos de la noble–
za cargaron
las andas
aquella
manaña;
]a¡; que iban rodeadas
por las andas
fastuosas de sus
mujeres, i por ws akllas i
iíust~s,
por sus parientes más próximos,
i
sus capitanes insignes.
Entre
dios avanzaron Nínan Kuyuchi,
Huáskar i Atau Hualpa, deslum–
brantes con sus más ricas galas.
Precedidas
de su guardia
especial, salieron
las andas de
,Huaina Púnchai, en hombros de
ochenta nobles. La divinidad iba
dentro de · rico dosel para ocul–
tarle a la vista de los nobles que
no eran del linaje
de los Hijos
del Sol.
Detrác fueron
pasando l;¡.s
andas
de Sinchi Ruka,
Lloke
Yupanki, Maita Kápac, Kápac
Yupanki,
Inka Ruka,
Yáhuar
Huákac, Uirakocha, Pacha.cútec,
Amaru Yupanki
i T úpac Inka
Yupanki.
Sentador.
en sus
doseles,
los Emperadores difuntos estaban
tan frescos, que
parecían estar
a.únvivos i mirar pensativos, en
!'"'rofundo silencio,
aquel
sacro
desfile que
ellos también presi–
dieron en su augusto reinado.
Sólo faltaba
el cuerpo de
Manku Kápac, el Fundador, que
su padre
el Sol había llevado
para que nada quedara de su di–
vina persona
a la vista de los
hombres.
Treinta
uillaccuna levanta–
ron las andas
de-l Uíllac Uma,
hechas de planchas de plata, en
.]as que abundaban
la.s perlas.
Llevaban túnica negra recamada
de argentería.
Majestuoso
solemne, el
sagrado
Varón~
intérprete de
Dio~.
en la Tierra, llevaba túnica
oscura, entretejida con hilos de
oro, i sobre ella un ligero man–
tón blanco ribeteado de rojo,
i
::ecamado de oro i de pedrería.
en cuyos dibujos
abundaban a–
vec"i serpientes.
En vez de llautu llevaba un
tocado de finísimo encaje sobre
el
cual iba
el
Uilka Chuku, espe·
cie de tiara
de oro bruñido que
sostenía el Sol en el centro, i ro–
deaba la cara, i del cual pendía
la Mama Killa
en Cuarto Cre–
ciente, hecha de plata, que en–
marcaba la barba.