Table of Contents Table of Contents
Previous Page  35 / 228 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 35 / 228 Next Page
Page Background

-1 7-

En aquella

hora de mov1-

lindes de la divina ciudad.

miento, en qu:o

d

¡:ueblo retor-

Las puertas estaban cubier–

naba a sus hogares,

llenándolo

tas con hermoso

tapiz de colg–

todo con la policromía

de sus

res

pendien ~·e

de! alto umbraL

ga1as, fue cruzando el Jnka

un~

Así pasaron junto a Kasa–

calle i otra calle, en dirección al

na, el soberbio

palacio de Pa–

palacio del Emperador.

chakútec,

el

lnka: más grande,

Cruzó

el

populo~·O

barr]o

C"]

sabio legislador,

el

verdadero

Karmenka por

encima de San-

'creador de Tahuantim.uyu.

kakancha, presidio

inkaico, en

Desembocaron en Aukaypa–

cuya calle sus

lilombres aaigera-

f·a. Los últimos rayos del Sol i–

ron

el

pas

0

llenos de superticio-

han dorando

1os tec'hos de la

~lo

temor.

Sagrada Ciudad.

Luego

se deslizaron

a lo

Al llegar

a

la puerta del

largo del Huatanay i llegaron a

palacio imperial,

todos bajaron

Huakapunku, o puerta sagrada, a

d e sus andas. Atau Hualpa le–

cuya apachita

o pirámide

de

vantó

d

champi de oro, simbo–

piedras, le tendieron los

brazo~

lo de su autoridad de lnka. Pun–

en muda adoración, arrojándole

ku Kamáyoc ordenó a un solda–

luego algunos cabellos. hojas de

do de la guaTdia d e entrada, le–

coca, i depositando

en ella al-

vantar el cortinaje multicolor, i

gunos frutos como ofrenda para

la comitiva se adentró en

el

pa–

tener propicio al espíritu que a-

tio del soberbio

pa~lacio

de Huai-

llí

vivía.

na Kápac.

Las gentef- le iban abriendo

Un noble de servicio se a-

paso, saludándole

a

la usanza

cercó a la puerta de la sa:I.a im–

kechua, con más o menos reve-

periat i advirtió

a una aklla la

rencia, según

la calidad de los

presencia de lnka Atau Hua.Ipa,

transeúntes.

e.!

cual fue introducido en seguí-

Encuadraban

las calles so-

da a la presencia

del Empera–

berbios palacios

i austeras

vi-

dor.

viendas, cuyas

paredes de pie- -

Huaina Kápac estaba en ese

dra pulida llenaban de admira-

momento acompañado

de Kusi

ción por su extremada finura en

Rímai, su primera esposa i roa–

el tallado, que,

materialmente,

dre de Ninan Kuyuchi; de Ra–

no permitía

intrcducir una uña

hua Ok·llo, su segunda mujer, i

en las líneas de unión; dando la madre c;le Huáscar;

de sus ak–

sensación de ser lienzos de una

llas i ñustas

de servicio,

i de

sola piedra

'labrada

acaso por

sus hermanos Auki Maita i Ké–

las propias manos

de l.Jirako-

huar Túpac.

cha

Era alto, fornido,

de her-

Muchas

viviendas estaban moso rostro .

Su presencia

era

pintadas

de hermosos coiores,

imponente; su adusta fisonomía

dando alegría a la vista, i sensa-

::ra impenetrable ;

i su dominio

ción de ventura al traspasar las

de sí era tal, que más que hu-