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J.
Imbelloni: Pachakuti IX
frase ligera que empieza "Que sea como dicen los primeros,
o como afirman los segundos, hace poco al caso, que lo ga–
nase el segundo Inga, o el Tercero.. " (lib. II, cap. XVI).
En cuanto a las Autoridades, nos cernimos al único parecer
de Riva Agüero, quien establece que "la historia incaica es
u tejido de tradiciones orales consignadas muy tardíamente
por escrito, aun en las más principales cuestiones resulta
dificilísimo acertar con la verdad entre las contradictorias
relaciones de los cronistas de los Incas"
(1910)
pág.
112)
y
asevera que "hay entre los cronistas la mayor disconformidad
en cuanto al número, orden y sucesión de los reyes, y á las
conquistas y hazañas que á cada uno se atribuyen.." Tuvo
que presentársele, este cuadro, tan arduo y pesaroso al so–
chantre Cristóbal ·de Molina, que "por ser tan confusa " la
historia destos naturales de estos reinos" prefirió cortar por
lo sano, y reducir su lista a dos únicos reyes: Túpaq Inka y
Wáyna, "porque esto es lo verdadero", siendo que, de ambos,
los nativos más viejos se acordaban "por vista de ojos"
(Con–
quista
y
población,
pág.
150
de la edición limeña de
1916 ).
No hay que extrañar, pues, que toda persona que en los
últimos cuarenta años ha enfocado algún modesto sector de
la tradición (más exactamente: de la engañosa tela hilvanada
en los tiempos modernos sobre la base de las contradictorias
narraciones cronísticas, por medio de una compilación de
tercer grado) haya tenido en todos los casos la sensación de
vencer un obstáculo insubstancial y ahondar su lanza en una
figura de cartón, a pesar de que las armas de combate emplea–
das no fuesen perfectas: unas pocas y dudosas derivaciones
etimológicas, unas cuantas remisiones al léxico de la lengua
qhéchwa, infortunadamente desvirtuadas por el descono–
cimiento de sus fundamentales leyes sintácticas, luego una
cierta dosis de la más suspecta filosofía histórica y un cierto
grado de experiencia historiográfica general (véase párrafo 3).
Y como la sensación de precipitar en el vacío es de por suyo