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J.
Irnbelloni: Pachakuti IX
los efectos de las enfermedades del lenguaje, al modo de Max
Müller,
y
de la conversión a nuestro sistema 'lógico' de un
pretendido sistema 'alógico' de los primitivos, según la ilu–
soria
y
absurda doctrina de Lévi-Bruhl. Hemos averiguado,
en cambio, que es menester una preparación espiritual muy
intensa antes que intentemos abordar el análisis de aquellas
remotas narraciones: en: primer lugar despojarnos de las teo–
rías, sistemas
y
conceptos propios del momento en que vi–
vimos, y luego, con infinita paciencia, sentido de orden
y
elasticidad de la mente, penetrar en el contorno espiritual
del pueblo que las produjo, en el momento respectivo, hasta
que nuestro ser interior quede impregnado de esa específica
forma mental
y
afectiva. Muy otras que las imaginadas por
nuestros antecesores, resultan ser, de este modo, las difi–
cultades que nos depara el cometido de interpretar las tra–
diciones del pueblo peruano relativas al período cuzqueño.
Ellas superan, de todos modos, las meramente eruditas pre–
vistas por Riva Agüero, porque implican el dominio de sus
modos de expresión, de su ciencia, religión, arte
y
creencias,
y
en nuestro caso particular, de su sistema de repartir el
tiempo pasado, de concebir las grandes épocas de la natu–
raleza, los períodos políticos, su génesis, número
y
sucesión,
y de temer a la divínidad.
He aquí, en breves líneas, los principales puntos que aca–
bamos de averiguar en las páginas que anteceden:
l.
El mayor período cronológico imaginado por los sabios
peruanos fué el 'año solar',
I ntipwata,
cuya duración era de
mil años,
y
como su ideación descendía en origen de la doc–
trina cosmológica de las 4 Edades, su terminación estuvo
siempre íntimamente conexa, en la mentalidad del
Hamautta
y
del pueblo, con el angustioso temor de que se interrumpiese
la vida de los hombres sobre el planeta; de lo que nadie puede
sorprenderse, al meditar que con idénticas características
estalló en Europa el terror 'kiliástico' del fin del Mundo,