Table of Contents Table of Contents
Previous Page  287 / 324 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 287 / 324 Next Page
Page Background

268

J.

Imbelloni: Pachakuti IX

siglo

XVI,

echando mano, en medida más o menos violenta,

a la metodología de Evhemero.

10. Limitándonos, más particularmente, a la lista ·menor,

llamada Capaccuna, que reúne los nombres de los monarcas

. del Cuzco - y sin repetir lo que se ha determinado en esta

obra acerca de los absurdos que contienen las fuentes utili–

zables - ha resultado de nuestra investigación que· los ele–

mentos historiales y los onomásticos que la componen mues–

tran los efectos de un proceso análogo al que acabamos de

describir en la cuenta larga, lo que prueba que su elaboración,

lejos de proceder de una época remota, debe ser referida a

tiempos relativamente recientes, y posiblemente a la compi–

lación oficial de los últimos reyes. El análisis demuestra que

la lista oficializada por la

o

Laox:.::v ao(a

cuzqueña del año

1450 - lustro más o menos - ha surgido de la yuxtaposición

de dos series de 5 reyes cada una, las cuales representan una

repetición recíproca de nombres y de noticias historiales.

Hemos expuesto las razones que nos obligan a pensar que

los cantores de una de las dos

sayakuna

del Cuzco se vieron

solicitados a reproducir, con levísimos cambios de epítetos ..

los mismos nombres de la serie de cinco miembros que se

encontraba estabilizada para la otra

sqya,

junto con los ele–

mentos épicos que el pueblo les atribuía. Más aún, la secuen–

cia onomástica de las reinas, o

Qoya-kuna,

con sus sugerentes

repeticiones de un reducido número de nombres a lo largo

de bien 16 casillas, aconseja que se considere con especial

y fina atención el lugar ocupado por el grupo de los 4

Ayar–

kuna,

a guisa de tercera serie, posiblemente emparentada

con las de

Hanan-Qosqo

y

Urin-Qosqo,

en el sentido genético

y mitográfico.

11. En cuanto a la personalidad del miembro que ha sido

incluído en la Capaccuna con el ficticio nombre de

Pachakuti

o

Pachakuteq,

ya no es menester repetir que se trata de un

grueso error cometido en primer término por los nativos de