Dificultades del período cuzqueño
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dos'',
ha resultado espontáneo a _los historiÓJJrafos mo–
dernos interpretar tales descripciones con el metro de
las ideas de hoy día, esto es, en sentido etnográfico y
político directo. Con tal tratamiento de las fuentes daban
prueba
-
sin embargo
-
de muy pobre sentido de la
·
historicidad, porque omitían reducir las frases de esos
testimonios antiguos preservados en las Crónicas, al
lenguaje interior y a la peculiar conciencia de· lo ex–
terior que fueron propios de los nativos que tales frases
tejieron por primera vez, y luego pronunciaron mecá–
nicamente en los tiempos de su postrera decadencia.
Tampoco daban prueba, en definitiva, de un suficiente
dominio de la literatura cronística, puesto que se es–
tablece en algunas crónicas con ineludible claridad la
correspondencia de tal descripción con la Edad de los
Enemigos
o
Guerreros,
Auqa-pacha,
y no está permi–
tido.· ignorarlo en nuestros días, desde que expresiones
idénticas a las que se refieren a los refugiados en los
pukara,
a sus asaltos a mano armada, saqueos y raptos
·de mujeres, son repetidas en la descripción que nos
legara Guaman Poma de Ayala de los
Auqa-runa
de
la IV Edad,. que precedió inmediatamente a
la
renova–
ción de la humanidad y del estado, con el entroniza–
miento de los monarcas del Cuzco. Las insidias de este
error crítico alcanzan realmente una intensidad que tiene
algo de trágico. En efecto, las palabras del intérprete
y las del testigo,
o
fuente, son absolutamente idénticas,_
y de ello se deriva que el primero jure y perjure que no
se
ha desviado de una sola-línea de los textos, al afirmar