Table of Contents Table of Contents
Previous Page  235 / 324 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 235 / 324 Next Page
Page Background

218

J.

Imbelloni: Pachakuti IX

II p., cap. 30, pág. 122), y téngase presente, además, la posición teo–

crática del Sapaninka, como jefe del culto.

En la descripción de la

Relación Anónima

las plumas laterales apa–

recen exageradamente aumentadas de tamaño, y disminuída la cimera;

la

maska-paycha

se encuentra desplazada hacia la sumidad. Sumo interés

reviste la pátena central, con el binomio Sol-Luna. Si atendemos a los

medallones de Herrera, este casco o tiara habría prevalecido, en los úl–

timos reinados del Inkanato, sobre las insignias de los tiempos antiguos

de la monarquía, evidentemente más sencillas.

Anotemos, además, que el aspecto que hemos definido con la frase

'a guisa de bicornio' se encuentra definido con propiedad en la denomi–

nación nativa, porque

wampar

significa en el Runasimi 'el triángulo', y

wampar-chuku

viene a decir: 'tocado de forma triangular'.

X. El

pillaqa lauttu.

-La galería del Inka Dr. Don Justo Sahuaraura

presenta dos clases de adornos cefálicos que no aparecen en los retratos

de Herrera y Guaman Poma:

a)

los soberanos de Manku Qhápaq a Wáyna,

esto es, los 12 reyes independientes del Cuzco, llevan el

pillaqa llauttu,

mientras

b)

los reyes 13° Wáskar, 14° Manku Inka, 15° Sáyre Túpaq y

16° Túpaq Amaru muestran una torre almenada igual a las que figuran

en la Heráldica, mantenida en el medio de la frente por una

wincha

que

les ciñe la cabeza; de su base sale el fleco escarlata de la

maska-paycha,

y de su porción alta 4 ó 5 pequeñas banderas de varios colores, junto con

las consabidas plumas. Indudablemente, el dibujante de esta galería se

propuso distinguir mediante la substitución de la insignia cefálica a los

reyes sobrevividos a la llegada de los Españoles, de los que en cambio

habían revestido la dignidad absoluta del autócrata. Ignoraríamos sobre

qué fundamentos fué imaginado el arreglo cefálico de los últimos 4 reyes,

aun presintiendo que fué a expensas de elementos heráldicos europeos,

si no conociéramos el retrato al óleo del Inka Sáyre.Túpaq que existe en

el Cuzco, único retrato de toda la dinastía que reviste responsabilidad en

lo de la fisonomía, aunque nada nos enseñe en cuanto a vestiduras e ip–

signias, porque todas están substituídas o transformadas al gusto español

de la época (guantes, espadín, capa, calzas, espuelas, encajes profusos,

son todos de introducción extranjera; el

suntur pauqar

se ha convertido

en estandarte y a la dei'echa aletea el águila bicípite de Absburgo). Es

indudable que, fuera de la

maska-paycha,

que sobrevive, toda la construc–

ción del adorno cefálico es de

spanish fabrication,

pero este documento

nos enseña que los dibujos del Inca D. Justo Sahuaraura habían se–

guido una información fidedigna; en cuanto al origen de la torre alme–

nada, no es difícil colegir que este elemento procede del escudo heráldico