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J.
Imbelloni: Pachakuti IX
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FIGs. 51 y 52 - Ultimos medallones de la serie de J. Ranking: Wáskar y Atauwallpa.
LA GALERIA DE JOHN RANKING. -En nuestras anotaciones a la lámina
V
he–
mos comprobado con la suficiente claridad que los
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medallones del libro de JoHN RAN–
KING están recalcados en las figuras del cuadro de DoN JosÉ PALOMINO, y que a través
de estas últimas es menester interpretar las desviaciones y anomalías que los primeros pre–
sentan con respecto a la 'tabla' del limeño DoN ALONSO DE LA CuEVA PoNcE DE LEóN.
Se titula el libro de Ranking:
Historical Researchs on the conquest of Perú,
y salió a la
publicidad en Londres, 1827. Se trata de un trabajo
ad thesim,
cuyo fin fué demostrar que
la dinastía del Cuzco fué un desprendimiento de la casa de los grandes conquistadores
asiáticos de América, que habrían sido, según este Autor, guerreros mongoles. En favor
de tan atrevida tesis, nada más ventajoso que la ocasión ofrecida por las figuras de sobe–
ranos delineadas en los medallones
3°
y
9°
del Palomino (Lluki Yupanki y respectiva–
mente Pachakúteq), cuya construcción craneana defectuosa, dibujada en el perfil derecho,
evoca el aspecto de conformaciones ultrabraquimorfas, propias de los armenoides y mon–
goles. El efecto se ve intensificado en las copias de esas figuras, que constituyen los me–
dallones de Lluki y Pachakúteq en la galería de John Ranking; es suficiente que el lector
los examine (Figs.
41
y
47)
para convencerse de que el grabador inglés ha logrado plena–
mente el propósito de conseguir fisonomías mongólicas.
Suponiendo que es amante de las comparaciones de esta clase, invitamos al amigo
lector a observar la marcada .transformación anglosajona de las fisonomías que el Palomino
había españolizado más o menos vigorosamente, en particular los monarcas· Manku, Sin–
chi, Qhápaq Yupanki, etc. Los más fieles a la 'tabla' del fraile limeño quedan Máyta y
Túpaq Yupanki; notables interpretaciones modificadas al gusto romántico se logran en
las figuras de Wáskar y Atauwallpa.
La
ma:~ka-paycha
ha desaparecido de esta galería, y ha quedado en su lugar un ca–
racterístico corte del cabello con franja frontal, ya dominante en la estampa del Palomi–
no. N o puede negarse al grabador londinense la preocupación de seguir con fidelidad el
original, en todo lo que atañe a las tocas, vestuario y armas.
En primer lugar conviene distinguir, naturalmente, en estos retratos,
lo que atañe a las fisonomías y lo que concierne a las vestiduras, armas,
tocado e insignias de los soberanos.
BANDELlER,
refiriéndose a la única colección que estudiara, que es
la galería de Herrera, escribió, ya en 1910, que los retratos de los reyes
cuzqueños son, por supuesto, completamente fantásticos
(are, oj course,
largely immaginary)
y otro tanto debe decirse de sus trajes y aderezo
(as
well as the costumes).
Todo el aparato notarial y curialesco que fué mon-