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conografía incaica
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con sus dos carceleros, los generales de Atauwallpa de nombre Kiskis
y
Chalkochima (fig.
32); .
el idéntico casco cubre la cabeza de los tres per–
sonajes, aunque sólo el del Sapa-Inka lleva adherida frontalmente la
maska-paycha.
·
De otras fuentes aprendemos que no sólo era usado por los guerreros,
sino también por el sacerdote supremo,
Willaq-umu,
quien en las fiestas
principales acudía a los santuarios con esta mitra. A la
Relación Anónima,
asignada en tiempos recientes a BLAS VALERA, somos deudores de minu–
ciosos informes e incluso de un croquis sumamente claro, que nos permiten
hacernos una idea satisfactoria sobre este tocado ceremonial. Se trataba
de
"una gran tiara que era a manera del capirote o papahigo"
que usaban
FIGs. 34 y 35 - El
wiZaq-chuku
y el
wampar-chuku
según las imágenes del libro de Blas
Valera, en cuyo manuscrito se encuentran dibujados a pluma; Don Marcos Jiménez las
copió mediante calcos del original, y nosotros, con los ordinarios procedimientos fotográficos,
de la edición de Madrid 1879.
comúnmente los sacerdotes con el nombre de
willaq-chuku,
o 'birreta
sacerdotal';
"sobre éste ponia la mas de la armazon, como era una patena
d~
oro hecha a manera de sol, y encima una gran diadema... y por extremo
plumas largas. de papagayos grandes, que llama,n guacamayas ... todo cu–
bierto de chapas de oro y de pedreria; y llamabase toda la tiara Huampar
Chuku" (Rel. Anón.,
pp. 158-9). Las figuras del texto
y
la descripción
indican que esta mitra se aseguraba
"abajo la barba"
por medio de una
cinta, que remataba en una especie de media luna de oro (véanse los me–
dallones de Urkon, Túpaq Yupanki
y
Wáyna en la tabla de Herrera).
Recuérdese que el
Willaq-umu,
o gran pontífice, era un personaje pode–
roso, de sangre real, acaso el solo mortal que se veía admitido en la inti–
midad del soberano, con quien
"jugaban muchas veces a
sus
juegos"
(CIEZA,