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nizas de mazorca, amasadas con agua anisada o alcoholiza–
da y endurecidas por evaporación en pequeñísimos cristales.
*
Por otra parte, y aunque par·ezca
eX~traordinario,
el vi,cio
~de
la ·COca ha· influido enormemente en et espíritu
rel1~
gloso del quichua._El mismo doctor Sáenz lo .compPueba en
su estudio
y
lo justifican sus afirmaciones:
''Al ·mismo tiempo que la excitación de las facultades
. animales, la cocaína provoca en ·el subsconsci·ente del indio
la existencia de fantasmagorías pag-anas: mitos, fábulas,
supersticiones anc-estrales, diversas prácticas de idolatría
incaica. De ahí que ·en
'1~
religión de los quichuas se observa
una curiosa mezcla de paganismo y catolicismo, una .incon–
c·ebib'le ·confusión de extravaganciaS y aberraciones."
Semejante consecuencia fué tanto más fatal por el he–
cho de que, según. las leyendas popular
1
es, la divina .coca fué
transportada del ci'el,o mismo por el hijo del sol, Manco .
Capae, el primero de los incas . ¿Cómo así no pensar que
su uso sea saludable
y
sagrado? Por este motivo, también,
la raza entera la emplea en una serie de ritos y -ceremo–
nias. Citemos algunos:
H·e
a~qui
que uri indio se siente enfermo. Inmeuiatamente
pulveriza en ·el hueco de la mano algunas hojas secas de
coca y de u.n solo soplido lanza
est~e
polvo hacla ·el sol, la
luna y las estrenas. Es un pr,esente
y
una oración dirigida
a los genios .que ha'bitan
esqs
astros, mediante io
cu~l
el
quichua pretende recobrar la salud.
~cuando,
al viajar, escucha el grito dé la lechuza., del
buho o de
~cual,quier anima~
rapaz o av:e desconoc-ida; si en
alguna ocasión oye el ladrido plañidero de un pe.rro o el ca-
<
careo de llamada de una gallina, inmediatam·ente
se
detiene,
¿ ~Serán
esos .gritos un anuncio pe muerte para él o alguno
de sus familiares? A fin de conjur,ar la desgracia, se apre–
sura -a ofrecer hojas de coca a los espíritus protectores de
la región; éstos, en a'gradecimiento, perseguirán y extermi–
narán al ·enemi-g;-o oculto que lo aeeclia y
amena~a
.
¿Desea acaso conseguir el amor de
un~
joven
b~ldad?
En
tonces el indio entrega al he,chicero una cierta cantidad
de caca que él mismo ha masticado ya largamente; agrega
a esto un pedazo de trapo, un mechón de pelo o ·algunas
¡ootas de sangre, sean personales o del ser amado. Con estos
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