mentiroso, ingrato, perezot3o, mendicante, ladino, calumnia–
dor, inclinado a los excesos en la bebida
y
a las perversio–
. nes de los sentidos depravados."
Este es un cuadro bien poco halagador, por cierto. Un
último rasgo viene a completar,lo:
''La cocamanía convierte al quichua en un indjviduo en–
teramente insensible a las ideas
y
los sentimientos patrió-
,
ticos, a la explotación de las riquezas del país
y
hasta a
la prosperidad de la familia."
Menos adictas al uso habitua;l de la coca, absteniéndose
completamente de él mu'Chas de ellas, las indias
son
su–
periores al hombre ·en espíritu, inteUgencia, actividad
y
-eñ
·el ej-ercicio de las fuerzas físicas. En las chozas, la mujer
tiene a su cargo . las más grandes responsabilidades de la
' vida familiar, decide en .todas las circunstancias graves de
la vida, dispone los cont.ratos entre su marido
y
los patro–
nes, .se ocupa de los reclamos que deban hacerse en
c~so
de
accidentes o ilegalidad, se coloca valientemente a la cabeza
de las insurrecciones y toma la ofensiva en las luchas: con
la falda recogida
y
llena de pi·edras, eHa es siempre la pri–
mera en las filas. Ella y sus hijos, no aun contaminados por
el vicio de la coca, .ejecutan la mayor parte de las labores
agrícolas.
Desgraciadamente, .los niños · son iniciados demasiado
temprano en ·el vicio. A
los
diez o doce años, es decir, desde .
que empiezan a trabajar en los ca'mpos o a cuida:r los re–
baños, reciben de sus padres o de sus a.mos una raclón de
hojas, indispensable, según muchos, para soportar el can- ,
sancio. Es así: pues, cómo se lleva a cabo la ilnposición ofi–
cial, la consagración de un hábitq que dura toda una exis-
tencia.
Todo .qui,ohua,
~en
viaj.e o
t~ra'baj.ando, ~ueva
con.stant·e–
m·ente consigo un saquiUo de lana teñida, o
una~
alforjas de
cuero repujado, re
pleto de hojas de coca. A raz·ón de 60
a
100 gramos diarios,
absor.be incesant.ement.e 40 centigramos
de veneno. A fin de apurar J.a extracc'ión del jugo, tpma
también una sustancia alcalina que llteva en una calabaza
· '(}Ue jamás lo abandona.
Generalmente es ·cal pura, extraída de piedras calcáreas
o de ·conchas marinas calcinadas. El quichua se echa a la
boca una buena pulgarada de ella, al mismo tiempo que un
pequeño ·rollo de hojas. Con el mismo fin emplea las
c~-
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