Table of Contents Table of Contents
Previous Page  72 / 430 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 72 / 430 Next Page
Page Background

'

.

j

as,

y

hasta .semillas del

arb:u.sto

, en

w

tumbaa prehi.stó-

~ricas

de las mesetas oocidentales y de los macizos andinos.

De las ciento veinte especies conocidas, el primer lugar

Jo ocupa la

Erytroxylurn Coca.

Alcanza tres metros

d~e

altu–

ra, su folla] e es espeso, su corteza, de un gris rojizo. Crece

ahora a má.s de tres mil metros en las regiones cáUdas y

húm·edas- del Perú y Bolivia.

·

1

1Se la planta primero en a1mácigos.

Tr~splantada;

da

flores blancas y frutos es.c:arlata.s.

Al

ca,bo de tres años se

puede hacer, en doee meses, cuatro cosechas de hojas; ovoi–

des o ·elípticas, miden de

4.

a

8

centimetros de largo por

2

a

4

de ancho. Durante más de

40

años s.e la puede aprove–

char en la misma forma, sin que jamás se agote. ·

Las hojas se secan priméro al sol. El procedimiento para

extraer la cocaína es muy simple. Se !as echa en un reci–

piente con agua donde se ha col9cado un gramo. o dos de .

ácido sulfiÚri-co o clorhídrico por litro. Be agrega luego cal

viva o carbonato de soda, lo

1

que pr10cede a separar los al–

c-aloides; en seguida

se

echa petróleo· destilado, que disuelve , ·

la cocaína y la precipita apenas se revuelve el liquido con

unf!. cuchara

d-e

madera. Oiento setenta kHos de hojas pro-

. ducen, como térmi;no m·edio, un .solo ,grall).o de cocaina..

El quichua moderno es cocainómano, tal como el chino

es

opiómano. Su.s antepasados no lo ·eran, pues los incas

cuidaban la propagaci-ón de las semillas. Ellos mismos

se

re–

servaban la distribución y reprimían el uso.

Los

espa:fío1es,

en cambio, habi-endo descubierto la conveniencia que para

_ ellos tenia

·estimulo de la

to~icomania, l~a

convirtieron en

el vicio de la raza autóctona. Fué fatal. La suma de la po–

blación indígena disminuyó rápidamente de dieciocho mi–

llones de habitantes a un millón.

·

Por otra parte, ·el indio se áfie'ionó fácilmente a la coca.

Compraba: a pre·cio de oro la. bendita hoja,

que le

procu~

raba

la

satisfa-cción de los sentidos,- la embriaguez del

es–

píritu

y

u·n lenitivo

efi·c~ente

a

sus

sufrlmi·entos

fisicos

y

m~orale$

..

*

. ¿Pero cuáles

.50n

las

·eonsecuen,cias

de -

uri

prolongado uso

de la coca masticada? Helos a.qui, tal como las denuneió, en

1938,.

un joven médi·co peruano, en su memoria, aun·que antes

hemos de de·cir .que

se

le acusa .de exagerar un poco:

"Ante tod,o, hemos de estudiar sus efectos en el indi-

67