de
mayoría autóctona, ya no
hay
que decir sino
qu~.
en esas regiones.
persisten en su clásica pureza, las melod:fas
"1
cantares del antiguo
Imperio de los Hijos del
Sol.
dentro de los ritmos
y
annonfas antes·
trales.
Y no es solamente una simple inUuencia de vecindad Ja que
impu·
siera la nación quechua sobre las que poblaron las regiones mencio–
nadas, en las épocas preincaicas, no. Todas las costumbres,
ya
lo he
dicho,
y
las manifestaciones art1sticas
y
filológicas de dichos pueblos
del None argentino, brotan · de sus propias raíces étnicas. es
decir,
de
la misma raza quechua trasplantada a aquellos territorios, en tiempos
anteriores a la colonia, por eso dichos motivos brotan expontánea·
mente del alma popular, sin el socorro de tecnicismos propios del
refinamiento académico, tales como las plantas de la selva
que
emb'e–
Jlecen el ambiente, con sus flores a veces más perfumadas que las de
los jardines urbanos.
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