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CARLOS--
CAMINO CALDERON
1)
cajabambinos echaban 'CUatro
coche-1iudos
a -las talegas, y
cantaban como en Otuzco :
¡Viva el rey y su corona!
¡Muera la Patria
l~dron;;t!
...
Posteriormente, las rencillas subieron de punto; y un
buen día, los cajabambinos, encontraron en -todas las paredes
unos .ver-sesitos_que aludían a los tres orgullos de la ciudad:
ro"coto (una
c.!
ase de ají) poroto (una clase de fruta) y poto
(un utepsilio para beber chicha). -
Naturalmente, los cajabambinos tomaron a mal esta alu, _
&ión, ya que nada bueno podía llegarles de los de Huama(hu–
co. Pero como los cajqbambinos son gentes
;1
quienes no se les
enchufa
el
moco por plumas de la ·cola, al día siguiente todos
los mozos de Oajabamba cantaban:
LHc-l1lic, fiambre.
Sauco, pabellón.
~otora,
bombilla .. -.. ·.
,
Con esa versadita -
o lo que fuere, .que de éllo no tengo
la culpa -
los cajabamb1nos querían decir que los huamachn-:
quinos eran tan desgra:ciados que no tenían sino pajaritos pa–
ra comer, palos de sauco para fabricar su; camas,
y
totora
p::tra sorber sus
shacues
de .arvejas.
Cualquiera _pensaría que allí nomás quedaron
la~
co ·
sas: cero puntos, cero balas. ¡Se equivocaría!. Los huamachu–
quinos aguzaron el ingenio, y -al poco tiempo, gritaban:
Cajabamba:
·godos, apodos y lodos!: .
~
Se referían al poco amor que los cajabambinos habían
manifestado por .la Independencia, a la desmedida afición que
s<:ntían por
chantar
apodos, y
a
la poca limpieza de las calles
de Cajabamba.
_
~
,
¡Los cajabambinos quedaron anonadados! Y así hubieran
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