JO
DICCIONA~IO
FOLKI,.ORICQ DEL, PERU
cueca que, en la Parripq. _qe
Amanca~s,
se b.ailaba con arpa,
\·ihuela y cajón desdavado.
·
.- "
·
La fqga. ¡Pobre Bach!
'
:·
.
.
'
A]O ' PARA MI ZAPATO.-En Arequipa existe la
creencia de que los martes y vit:rnesr los brujos -tomando
por arte de birJibirloque o de encantamiento la figura .de
diversos animales- tratan de penetrar a la vivienda de aque-
IIas personas a quienes
se
la tienen j1;wada.
·
.
Si el que oye _llama:r a la puerta
1
pregunta: -·
¿Quién
es'!- el daño
(maleficio) se realizará indefectiblemente. Pe:–
ro si el sujeto es avisado,
y
grita tres veces seguidas: _-¡
Ajo_
pam mi zapato!- ,
al brujo
se le reboca
el -própósito;
y
el
da~
ño
Je cae a
éL
AJU TE A LA CbLOMBI:ANA.-Encontrándose Bo–
lívar en
hlt
machuco.-abril de 1824- se enteró de que el
Goberna or de esa provincia, q e era_¡ llln 0onoéido caballero de
Trujillo ten'a: las uñas un poco
~ar,gas.
olívar llamó al
Go–
bernado,...
y
le élijo
:-Quie1'P ajHstar la'S ¡;uentas a la colom-
·tt:a1 a!-
,
·
.
as cuentas se at.:,reglaron mediante la devolución de los
fondos que pretendía apropiarse el Gobernador.
El ajustt a la colombiana, se hizo proverbial enHuama-
chuco.
·
AL LLEGAR A CAJABAM'BA
PREGUNTA POR UNO Y OTRO
Y SOLO RESPONDERAN
ROCOTO, POROTO Y POTO.- Con esta cuchufleta,
las gentes de Huamachuco empanizaban la sangre a sus veci–
nos r:le Cajabamba.
Desde la guerra de la Independencia, huamachuquinos y
cajabambinos han vivido a pícame Pedro qne picarte quiero. ,
:Mientras en Huamachuco- tierra clásica de patriotas,. según
Bolívar -· la gente se sacaba hasta el poncho de cerote y
el
pollerón de talcos, para ofrendarlos en aras de la Patria, los