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CARLOS CAMINO CALDE.RON
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HAMPI KATU.-Así llaman en el Cuzco al merca–
do
d~ ~os ,rf~e~io~.
qu~,
en
~ l\~e.1~ipa v~nden
los
arro~eros;
y
en Llma, las 1rtd1as que se estac1qnan en la calle del Puno, .
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y
en otras próximas al mercado de la Concepción.
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En kioskos de madera o sobre mantas de chill<tmes colores,
las vendedoras del
Mamf1Í
atu
exhiben :frejoles .Y semillas,
plantas~
r.izomas, gtasas de 1oda c¡:lase-
imclu~endo
la . de
hombre
-amuletos de piedra berenguela, anillos
y
cruces de
hierro, astas de to o
y
de -venado,
~te
has
(
excremeptos) fetos
de 11a11a
y
de vicuña, mostacillas, pelos de
at&k
(zorro), pieles
de víbora .... ·
Y
en lugar aparte, celosamente guardado como que es
artículos de subidísimo precio, conservan
d
Hatun Ha111,pipa
Cotcon
(Polvo de_los Altos
y
Supremos Remedios) obteni–
do mediante la pulverización de los más renombrados reme–
dios de los tres reinos de la Naturaleza.
HA
Y Q:UE
SABBR CEJAR!.-Decían nuestros abue–
los que para pretender un puesto, era necesario tener condi–
ciones para desempeñarlo. Y ponían de ejemplo el del Alfe–
rez Real que con el estandarte de la ciudad en la mano, entra–
ba cabalgado, el Jueves Santo, hasta el altar de la Antigua,
en la: catedral de Lima.
Desde ese lu!?:ar , el A lferez Real tenía que regresar ha–
ciendo cejar al caballo; operación peligrosisíma a causa de lo