CARLOS CAMINO CALDERON
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bufete, que monte a caballo, que recorra donde está alojad()
el
parque, cuide de los enfermos, de lo que han de comer los
caballos, las mulas.r-
Dice el Doctor Rebaza -
a quien h.emos seguido en es–
t.'ls líneas -
que a los pobres amanuenses también
les tocó
su ala
en la rociada, pués al retirarse, Bolivar dijo:
-¡Cuán–
lo
covachuelista 'Cpmetinia!.
Desde entonces, cuando en Huamp.chuco ven un Sub–
prefecto de los que usan foete y polainas sólo para retratar–
se, recuerdan al Libertador y exclaman despectivamente :–
¡Gobernador de bufete!.
GOLOSO
COMO CUCHARA
DE
ZAPOTE.-Las dulce–
ra~
chiclayanas y lambayecanas de los buenos tiempos: las Sa–
lazares de la calle de San Isidro, especialistas en pastas de al–
mendra1; Doña Andrea Incháustegui de la calle "7 de Enero",
non plus ultra en alfajores e tres tapas; la Chepita Viñe de
la calle de San Roque (Latnbayeque) peritísima en conser–
va de ·higos; las Millán de
la calle Grau, expertas en empa–
nadas etc, etc., aseg-uraban gue.la cuchara para mover el
dur–
ce,
no podía ser sino de maoera. de zapote.
Cuchara de cualquier otro material,
asi juerci d'ioro,
da–
ba mal sabor.
Se cuenta que
mama Siga
-
famosísima dulcera lam–
yecana que por medio daba siete clases de dulces:
manjar–
blanco, quina amarga, bien me sabe, güebo hilá1t, natías
y
arroz con durce,
vendió en cien pesos una cuchara de zapot<'
que le había servido cuarenta años.
GRACIAS PATRON.-Durante las
limpias de ace–
q'uias
que se verificaban con todo aparato hace medio siglo en
Lambayeque, el Administrador ele Aguas elegido por la co–
munidad ele regantes, era la suprema autoridad: notificaba
a las parcialidades, organizaba los trabajos, movilizaba a la
gente, ·y hacía justiciaJ en los. casos en que
el
juez ele la comu–
nidad, ponía en su conocimiento alguna falta
el~
disciplina.
Así como los antiguos señores levantaban una horca y
tm cuchillo como emblemas ele su autoridad, el Administra-