Table of Contents Table of Contents
Previous Page  129 / 250 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 129 / 250 Next Page
Page Background

CARl,.OS CA.MIN9 CALDERON

IIJ

todo

entrañar.ía

la .total extinción de

nt1:cstra,,

espe\:ie¡.

'

La propagación ·de la vida humana - decía el Tloctor

Cornejo- se basaba en

el

amor.

Y

.el amor era, un

atgp

que

t(!nía do:; aspectos: uno

fí~ico,

.formado por, la

manife~tación

vegetativa

o

líbido, y otro formado por _m9-tüfestaciones

i~ponderables, .ultrasensibles, del .alma,

Y.

al que llamamos ro–

manticismo . . . Tanto una, como

otr<~: m<~:nifestación,

procu–

raban a la especie humana goces y fruiciones incomparables.

Podría decirse de ellas como de .la miel de abejas:

si me prue–

bas no me dejas! ...

Añadía

el

Doctor

Corn~jo ,

que el hombre había cifrado

su .mayor felicidad en ol;>tener placeres.

Y

que entre los pla–

ceres a los

que

daba mayor importancia,

estaban~

los place–

res que le procuraban los sentidos: ''esas cinco cárceles · en

las que el espíritu no cabe". . .

·

D0lía reconocer: que con esa actitud, lel hombre se mos–

traba tan grosero como i hubiera sido amasado con barro

de hacer bacines, y ue deseo rocía lo que hace más de dos

mil años afirmaba Aristóteles en su "Moral a Nicomaco" :

quod dolare vacat, nen quod

s~tave

est persequitur vir pru–

dens

(no el pla-cer, s' no la ause cia de dolor, es lo €

J.Ue

persi–

gue el sabio) . ,

Infeliz hombre que desde

illo témpore,

no había hecho

sino correr tras del placer de los sentidos, dejando los pró–

ceres goc:es del espíritu para aquella época en: que con–

vertido su cerebro en una criba que dejaba pasar tolondro–

nes del tamaño de una pelota de arcabuz, y su espinazo en un

tablero de distribución sin ·corriente, era conservado por la

familia en un sillón de ruedas, y entre algodones!

Entonces sí.

¡

Cuando orgullosamente se dice al confesor

que se han abandonado los

vicio~

- sienrlo

b

Yerda<.

1

que los

vicios son los que abandonan, al que encuentran inútil ya pa–

ra el pecado - entonces es cuando se empieza a comprender

toda la verdad de la afirmación que Aristóteles hace a Ni–

comac0 ...

Con todo- aseguraba el Doctor Cornejo- el día que

se generalice entre los humanos la técnica que se ha ensaya–

áo, en Cajamarca, entre ovejas; cuando los niños se compren