110·
DICCIONARIO FOLKLORICO DEL PERU
zo,
le fué presentado a Orbegoso un· plato de aquel sobtosí-·.
sjmo rehogado de cecina, plátano ver:de, €ebolla
y'
ají, que los
piuranos llaman
seco chabela.
·
,
Orbegoso- que era comiloncito, y que lucía lo que co–
mía -
quedó gratamente impresionado por el potaje, y aun–
que no lo encontraba a la altura de la
causa en lapa
de Truji–
JJo, manifestó a Martín sus deseos de conocer al cocinero, pa–
ra felicitarlo: -
Dile que se presente aquít-_
-El cabo ranchero está enfermo) Colonel. Yo he· pre–
paráu el seco!.-.
-También entiendes de cocina) Martín?. ¡Está bien!.
La .cocina será el único lugar en que dejes descansar a la
nt'c~tla!.-
- ¿
Y con
q1~é
v oy a maiá la cecina si no es con l(}¡
nícula?~
¡-Caramba!
gritó! O begoso, admirado de la universa–
lidad de conocimientos del Ordenanza, y del inmenso partido
que sacwba
a:
la nicula
-Caramba! Tu no mereces ser de Piu–
m _.
sino.
. .
de
'E
ujillo
!-.
E ME"EO O DE ADAN Y EVA.-Poco tiempo an–
tes de su fallecimiento, · el l)r. Don Mariano H. Cornejo
se enteró de que en la hacienda "Huayrapongo", de Caja–
marca, se habían realizado experimentos de fecundación ar–
tificial entre ovejas, y de que los experiméntos habían teni–
do éxito en un 85% de los casos.
Desde el punto de vista de la dis-ciplina que llamamos
Ciencia -
y que para muchos no es sino un sistema de apro–
ximaciones a la Verdad -
la fecundación artificial de ani–
males no sorprendió al Doctor Cornejo. Pensaba que como
la polinización artificial de las flores, la de animales no era
sino cuestión de técnica; y que mientras ella se limitara a
dragonear entre
s~res
ayunos de razón: rosas, claveles, ove–
jas, cabras etc. etc; no habría ninguna pelota en el tejado.
Lo verdaderamente grave, y que nos haría andar como
los clavos de
~os
zapatos ¡de cabeza!,· sería que el ser dorado
de razón, el
Hamo Sapiens,·
quisiera generalizar la fecun–
dación artificial entre. el género humano ...
Y el doctor
'C. '
rnejo, se explirc:ba cruchmf,nte: rse mé-