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EL IMPERIO SOCIALISTA DE LOS INCAS

EL ORDEN DE LOS CULTIVOS

El orden de

l~s

cultivos indicado por Garcilaso es el si-

guiente

(1):

.'

l.(l

Las tierras del sol.

La divinidad ocupa el primer t-érmi–

no. Esto es normal

y

:es a ·esa divinidad a

1~

que las tlerras es–

tán reservadas

y

no a los sacerdotes, porque éstos no pueden

J

usar de las ·cosechas•del

~ol

sino durante

~1

ti€mpo en que es-

tán d·e

s·e~vicio

·en el t·e·mplo;

y,

como lo hemos visto, ese s·er–

vicio se ef·ectúa por turno. Cuando los sac·erdotes no ofician,

deben trabajar ·sus propias t-ierras

y

re.ciben a este ef-ecto lo–

tes ·como los de·más indios.

Las tlerras del sol deberían llamarse correctam·ente tle-

~

no es el únlco be-

los locales,

a qui·enes los·

uérfanos, en-·

los ejércitos.

ro halle atractivo en su trabajo. La única. solución es la de los inca.S;

es

una solución de orden psicológico. El indio se · sentfa. dichoso

al

sufrir

en el

tr81ba.jo

de las tierras Idel monarca a quien veneraba.

M. D'Harcourt emite una hipótesis curiosa: el cultivo de los terrenos

se efectuaJba en medio de fiestas

y

cantos porque clausuraba la sél'ie

de

trabajos

("L'Amérique

avant

Colomb",

p. 4:1). Habia, en consecuen–

cia, motivo para. estar contento por haber termln&:do todas •las operacio–

nes

-agrícolas. Pero los cronistas no !ha.n compartido semejante opinión

y

nosotros mismos no estamos seguros, como lo veremos más adelante, de

que

1~

tierras del t.nca hayan sido realmente cultivadas en último- lugar.

(1) "Comentarios", Ub. V, cap.

a.

·

(2) Beuchat

("Manuel',,

parte IV, cap. 7) escri'be. que los campos si–

tuados en cierto distrito alrededor del Cuzco, q.a ciudad santa, eran con–

siderados tierras del sol, lo que es inverosímil.· Por el contrario, Betan–

zos nos dice que el territorio que rodeaba al CUzco había sido distribui–

do a los orejones de la capital, lo que parece ser la verdad ("Suma

y

Na–

traciól1",

oop . 12) . Solaanente la terraza. de Colcampata, cerca del Guzco,

era consagrada al sol y culttv-ada por los incas. Pero

es

también posible

que en algunas aldeas todo haya pertenecido al sol (como en Arapa,

al

Norte del qago

Titica.ca.

Ondega·rdo,

u

Beport",

p. 156) o al inca

(J.

de la

Espada, "Relaciones googr"flcas'',

t.

Il, p.

18)-.

-:--171 -

_.