L
o
u
I
S
B
A
u
D
I
N
al indio
es
mínimo, mientras que el número de que disponen
el soberano y el clero
es
considerabl·e . Las tierras de cañada
se dividen ·entre el sol, el inca y las comunidades, siendo esta
última parte
nienos
extensa ·que las otras dos
(1).
Cada je–
f.e de familia recibe una pareja d·e llamas para su crianza,
a las cuales no puede matar, salvo .cuando
estos
animales se
hacen viejos. Sin .embargo, en el Collao, donde el número
de bestias h-a sido siempre muy grande, esta prohibición no
existe y los habitantes .pueden preparar e intercambiar car–
ne seca
(~).-Además ,
algunas comunidades ·conservan :r·eba–
ños
no sujetos a reparto y .cuya lana se distribuye entre sus
miembros. En cie"rtas épocas, algunas bestias de estos reba–
ños son sacrifi.cadas y su car'ne ·consumida
(3) . '
No conclu:yamos con ligereza de
este
examen que el
in.case
hay reservado la pa
de le n sGbr·e todo en lo que con-
cierne 1
o ·
completamen-
te el
·C
.las disposiciones
amente, el
mfni•
e atribuído al in-
encontrar
.est~
dos modos de circulación de riquezas, pero
los indtcamos aquí para evitar que ·el lector tenga una im–
presión falsa.
As~.
el inca da a los curacas, o a las personas
de mérito, rebaños, que
se
denominan
rebaños pobres,
por
oposición a· los
.rebaños ricos
del soberano (
4) .
Estos últimos
son, en realidad, rebaños del Estado, asignados a las necesi-
·(1)
Ond~gardo,
"&elación", p. 23 .-
Acosta, "Historia Natural", t .
2, lib. 6, cap . 15 .-
Cobo, "Historia", lib. 12, cap. 29.
(2) Latcham,
"La
existencia . . . ", p. 61.-
iPr~scott
exagera · al declr
que en principio las Uamas pertenecían .únicamente al inca. V.
supra
cap . IV.
·
(3) Cunow,
"Die soziale Verfassung",
p . 86 .·
(4) Ondegardo, "Relación", p . 29 .
..._ 168 -