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LA MUERTE DE UN PARVULO
Cuando muere una criatura indígena, en las alturas de
Conaica, el padre pone en inmediato conocimiento de los pa–
drinos, para que manden hacer su cajoncito
y
su hábito. Mien–
tras tanto, la madre del párvulo prepara en honor de los pa··
drinos un gran plato de cuyes, gallina
y
tortilla; también se
provee- de una servilleta de coca y de a lgunas botellas de
aguardiente. Terminada la merienda los padrinos bañan al
ahijadito en una l:iatea de madera y le colocan el hábito p:¡t–
ra velarlo sobre una mesa. Luego los padrinos contratan a ur.
arpista e ii;tv.itando a sus amigos
y
vecinos regresan al lugar
.del velorio bien provistos de aguardiente, coca y
cig~rrillos.
Durante el velorio se fijan en este detalle: si el chico t iE'–
ne. los ojos abie!ftos, dicen' "pusacuasunchicmi'', es decir,
qu~·
algún miembro de la familia va a morir pronto.
La hora en que llevan al cementerio es a media noche.
Tan pronto salen de la casa, el padrino obsequia al sacristár1
media botella de aguardiente para que repique la campana.
La comitiva avanza CiJ.ntando al compás del arpa, entre otras
cosas, las siguientes
letras~
Ma ya rillachcasaj, ñ au parillachcasaj ,
cha:inach carja ñojap viday
yahuarta huajaspa ripurunaypaj.
Traducción:
Me· estar.é pues adelantanda,
así habría sido mi vida
para irme llorando san gre.