[515-518]
divino Cuerpo de Nuestro ·señor Jesuoristo persistía
cidlá
vez más hermoso y más incólume. Pero no conte:ruto con esto
el Judío,
[515]
1aún tomó U!Ila lanza entre sus manos,
cri&–
padas de mal reprimida cólera,
y
empezó a apuñalar con ella
a la Sagrada Forma. Dernamóse su Sangre hasta llegar
in–
cluso a correr
por~
suelo. Pero sin que por esto reprimiera
su rabia el Judío, antes bien, excediendo en ella a
~as
piedl'as
y
a los mismos demonios, hizo hervir en un:a caldera puesta
ail f:uego una mezcla de
1
a;ceiite, pez y resina, deposiitando lue–
go en este extraño brebaje hirviente
il.iaSagrada Forma, que,
lejos de suf.rir detrimento alguno, al punto saltó de !la oailde–
ra
ru~
aire, y en él, :luego de quedar fija y quieta •<m el espacio,
se apaireció Cristo Nuestro Señor crucifioooo, de tal forma,
que. aun los ojos del mismo Judío pudieron cl:aTamente distin–
guirle.
[516]
Pero.él, en su sat ánica obstinación, no ya re–
husó de pedir perdón y auepentirse, sino que incluso su ter–
quedad llegó a hacerle apartar la mirada ·para no verle, y, re–
tirándose a una habitación apartado se encerró en ella, dejan–
do fuera sumidos en llanto a ¡;u mujer y a sus hijos. Pero como
quiera que Cristo dijo: "Nada hay oculto
[517]
que no
sea revelado, y aU!Il lo que está sepultado
llega.ráa verse" ,
también este estupendo milagiro llegó a saberse y füé de
l~
mane:r.aque voy a ·rererirte.
En
un día de Pascua, comq oye–
rnin
los criostianos dobhlir oampa;nas llaimando a la Misa, se
iban reuniendo pava asistir a la celebración del Santo Sa–
crificio. En esto, el hijo menor
d~l
judío, viendo que niños
y
niñais corrían ien diriección a la iglesia,
[518]
.
~es
preguntó
por qué iban tan precipitadamente. Respondiéronle los niños
cristia:nos que ellos,
1
apenas oían la voz de las campall'.las,
se aprestaban a acudir a la iglesia a oír misa y adorar al
Señor. "Pero en vano vais a la iglesi•a--;-les replicó
el
niño-–
en busca de vuestl'O Dios, pues acaba de dail'le muerte
.m,i
76 2