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So n cu riosos e in te resa ntes los puñalillo:s, co r–
ta p ap eles Y p o rtaplumas que de metal
V
cuerno
Se
h acen en cas i tod as las ciudad es ibolivi a nas .
Músic~
y
d: mza.
A sí como
son
introvertidos y huraños en sus
día s d e so briedad , qu e son los más, los deseen.dientes
de las nacion es aima ras en sus días de regocijo, en
1'a:s f iestas ag rarias y religiosas se entregan a sus
expa nsio n es !Co n entusi:asmo y 1alegría ilimi.tados.
E n tonces pa,rece que el fervor místico
y
panteísta
de su alma se d esbordara para expresarse en las no –
tas de una mú:sica hondamente ·armoniosa ; grave
v
solemne como el paisaje grandi0so del altiplano :
sobria
y
rigurosa como la vida indígena,
y ,
'ª
pesar
d e la influ encia es pañola , enraizada en un pasado
remo to. E l aire se puebla en los días de fiesta na–
tiva d e m elodías y ritmos bellos :
A
veces es el
·
putut u,
el cl:uín guerrero hecho de asta de buey,
qu e v ibra en
h
noch e con aE:ento enérgi·co
y
tras–
m ite su m ensaje de pwfundo sentido telúr ico de
cumbre en ·cumbre .
Y
~ n
las ciudades
y
aldehuelas
mo du la n aires tradicional es los
pinquillos
d e agud;i,s
notas, las
ch
1
arcas
d:e cinco agujeros,
las~·
khenas de
seis agujeros ·anteriores y uno
po~terior,
las tarbs
graves, h echas de madera y perforadas a fuego ;
m ientns grupos d e
músicos
t'!ñen los
sicus
o
anta –
ras
(z ampo ñas ) compitiendo en habilídad·
y
resis–
tencia en torneos melódicos de larga duraci9n, en
qu e se ejecutan comoosic iones antiguas
y
modernas
d es::l€ las más sencillas .a l1as más difícil es .
En algún puebJ.ecito recatado del altiplano,
su el en v ibrar también en estas ocasion es la
longí ~i
m a flaut a de nombre onomatopéyico,
jula-jula,
y
el
huaira-puhura
o 1bajón , que es una zampoña d z
gra•nd es d ime.nsion es hecha de bambúes parti dos