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rep rod ucc ión cie las ciue utiliza n 'os p escadores del.
Titicaca ; es teras d el mismo material ; juguetes inge–
niosos de madera; muñ ecos de es tuco y trano ; co –
ci nita d e hierro ; vajillas, servicios
y
candeleros de
hojahta ; monturi tas y arn eses d e ·cuero ; muebles,
máscaras pequeñas ; es tampa:>, relicarios con la ima–
ge n d e la Virge n d e Co pacaibana y muchas o :ecio–
sidades .
Al o bservar y estud iar to é as estas min ilturas
v dij es se afirtna el conceoto d e que el pueblo
r ~
liviano tiene un a m a rcada t en dencia miniaturista.
E l origen de ese afá n : la remota
y
t radicional fi esta
del Ekhekho, y la h eren ci1 r eci bida d e 'los amb i–
dextros
y
prolijos tahuantinsuyos que dominaron
lo microcósmico
y
lo macrocósmico ; la razón pro–
funda ée ese afá n : el carácter d el indígena v d e.
m estizo, minuciosos y detallistas;
caráct~ r
que re–
fleja .su ind ividualismo; que expresa su co ncep to
perso n al sobre el valor d el individuo en el conglo–
merado soci al bol iviano . Para unos y otros tiene
contenid o efecti vo la unida d ,
y
por ello h av que
co nsagra rle mayor
ate nc i~ n
y desvel0 qu 2 a la co–
lect ivida d : ento nc es, de ese convencimiento. nace el
deseo de sobresa lir en el manejo d lo microcósmico ·
y deja las o bras d e gra n aliento pan futura:s r eali –
zacion es. porque éstas requi eren el esfuerzo colec –
tivo .
En la misma forma que la hesta d e Al ac itas
m otiva un movimiento
artísti.cooopular de gra n
inte rés, o tras fiestas religiosa:s o ri gi-n a n ferias en d i–
ve rsas ciudades d el valle
y
d e los llanos. En é ichas
fe ria s se venden c: n los m ercado:s
y
luga res públ icos
destinados al efecto, adem ás d e los o bjetos descri–
tos o nombrados en los capítulos a n teriores, mon–
tura·s
y
arreos vistosos q u e se h ace n en alguna.> pro–
vinci 1 de Cocbabamba
y
en Co r é ill era (Santa
Cruz),
y
con los que los chala nes , en Jos lugares