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LOS
IN CAS
Hasta la fecha, no tenemos pruebas claras, ni evi–
dentes, sobre el verdadero orígen de los in·cas. Bastante
se ha escrito al respecto de ést_os, mas, todas son
simple~
supostciOnes.
.
Lo único que se sabe de ellos, es que f4-eron ut1'21.
raza más culta y t'nucho más civilizada que los antiguo¡¡
aymara , debido a sus múltiples conocimiento's que
son
innegabl
es y auténticos.
. _
A
par.tede lo que nos refiere la historia, y mu–
chos esc
ritos de sabios europeos que se dedicaron al es,
tudio de la arqtieología -americana, he leído un
trabaj~
interesante escrito por Fr. Rafael Sa z·, obra no publi–
cada, cuyo manuscrito, aunq
n:e sin valor- científico me·
i-ec'e citáL
~Jo.
Rafael
Sanz~
;cli.ceen su manuscrito:
. En remotós '
tiem¡w~
a"bia en la isla una jovet
india
y
ele buen parecer.· que en tma de las salidas se pet,
clió sin (1ue los padres pudiesen descubrir
su paradero
Más después cerca de un año¡ cuando la contaban ya aho
gada en la laguna, o muerta por el frío ele las pampas, sE
les presentó no
sóh~
sana y buena, sino instruida y em
barazada. Se alegraron desde luego al recobrar una hi
ja que tanto querían; pero al reparar su embarazo em
pezar
on a reconvenida, afeándole que se ht1biese huídc
de su
compafi.ía,andándose a perder pór el mundo,
vi·~
niénd
ose ahoracon la prueba patente de su mal natu–
ral. Tal fué el enojo de los padres que iban ya a
castigar~
la, cuando la india les suplicó que la oyese:1, asegurán ·
deles que lejos de irritarse, debían alegrarse de que
vii
niese en tal estado, pues ·estaba cierta que lo sucedid
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