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Con tal proposito, damos a nuestro trabajo un sentido afirma–
tivo y lo concretamos a una investigacion en las
Cr6nicas ;
es de–
cir, en la fuente escrita o bibliografica que, por primaria, merece
neresario credito y a la que todos los investigado re3 d
0
la
hi~toriJ.
de America
Jrnn
acudido
indi
pensa blemente. R emos de referirr.<
1
s
tambien, subsidiariamente, a ip.vestigaciones arqueologicas o f©lklo–
ricas, que, umque ronstituyen trabajo ya verificados,
$On
prue–
bas que ronsolioan nuestro acerto.
.Dentro de la profusa, y en parte farragosa, produccion de los
historiadore.s y cronistas de Indias, no es posible agotar la revision
total de ellos. Ante todo, carecemos de un Gula Bibliografico, (1) im–
prEscindihle en los e.§tudios h istoricos. En este sentido solo tene–
mos: dentro del plan de estudios de nuestra Faeultad de Letra el
curso de
Fiientes Hist6ricas,
de r eciente creacion, y correspondiente
al ramo de Historia, y, ademas, la Coleccion de
Li bros
y
docwnev–
tos · referent es a la H istoria del Peru,
mas comunmente conocida
con el nombre de
Colccri6·>1
Urteaga-Romero;
pero en esta colec–
ci6n valiosisima, no terminada todavia, faltan mucbas cronicas
C:
1
>–
mo las de Calancba, Acosta, Cobo, Oviedo y Valdez, Cieza (publ i–
cada y anotada en edicion distinta), Gutierrez de Santa Clara, Sar–
miento de Gamboa, Huaman Poma de Ayala, etc.
Luego, algunas y tal vez de las
mas
importantes, estan perdi–
das o no se ballan en nuestras bibliotecas (Va lera, Marcos de iza) ,
o de ellas solo se. encuentra algun pequefio fragmento (Ramos Gavi–
lan ). Ademas, no todas son identicas en valor : las bay de caracter
monografico o son Historias que solo tratan e interesan en determi–
nados aspectos: Santillan, desde el p11nto de vista tributario;
fo–
zarraga, desde el descriptivo del pais; Avila y la Relacion de
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Primeros Agustinos -como tambien Arriaga- para el aspecto
religioso, de las idolatrias; Titu Cusi Yupanqui, descubre las vio–
lencias de la conquista ; Molina, el
Alrnagrista,
J erez y P edro P i–
zarro bacen conocer los bechos exteriores de ella; Diego F ernan–
dez, el Palentino,
y
Gutierrez de Santa Clara. magnificos en lo re–
ferente a las lucbas entre los conquistadores.
En el presente trabajo hemos elegido poco mas de una veinte–
na de cronistas que aqui ofreceran su testimonio; suficiente pro–
banza consideramos esta, en razon del numero
y
calidad de los con·
currentes.
No nos ocuparemos de todos los mitos
y
f~ bulas
que nos traen
las Cr6nicas; nos refer iremos solamente a aquellos que ofrecen ca-
(1) Un interesantisimo auxiliar bibliogrlifko eonstituye la tesis de la
Senora Graeiela T. de Urteaga : Ensayo de Olasiftcaci6n de Fuentes Hist 6ricas
Peruanas, en que, eon verdadero aeierto, agrupa las er6nieas por epo eas, rna–
terias y autores. Lima, 1937.