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Trabajaba en los minerales de
"Ya11anti11"
un
intlio. natural de
Chincheros,
llamado Diego Quis–
pe.
Aquí
mere~e
llamar la atencion un dato curio ..
so, los dos .Santuarios
rriás
célebres
de
la América
latina, el de Guadalupe
en
las serranías del
Tepe–
yac,
en la H.epública de México
y
el
del Señor de
Huanca, en la quebrada de Vilcanota, en la Repú-
. ·ca del Perú; en las respectivas apariciones de la
la Santísima Virgen y del Señor, los favorecidos
con ellas fueron
lo~
indios que llevaban el mismo
nombre de Diego: Juau Diego, el de la Virgen
me–
xicana
y
Diego Quispe el del Señor peruano.
Y
cosa .también es de notar que las razas más
célebres indígenas que poblaban el continente ame–
, rica no, la azteca en el valle
Anahuac
y la incana
·en el i1nperio del.
Tahúantiasu_vo,
fueron las esco–
gidas en los divinos designios para revelar al inun–
do cristiano dos nuevas ad vocaciones, con
las
cuales, Jesús
y
su ::.vladre Santísi1na, gustarían
ser invocados por sus hijos y devotos:
Señor, de IIuanca, tened piedad de nosotros
Santa María de Guadalu pe, rogad por nosotros.
Un marqués de Valle lJmbroso, a quien la tra–
dicion deno111ina ''fa1noso", talvez por sus inmen..
sas riquezas, pues, desde luego se sabe que era pro.
pietario de una extensa
y
valiosa hacienda en la
ho3r provincia
de
Quispicanchis, departamento del
Cuzco, llamada '•Glorieta".
Sin
duda alguna que este n1arqués era
~ de
orí–
gen italiano, pues, en Italia, a 1006 m. sobre el
n1ár
y
·en las cercanías de
Florencia,
se encuetra la
del1ciosa n1ontaña del Valle Uinbroso,
Valu111bro–
sa,
(l.),
donde San Juan Gualberto fundó su céle-
[ lj
El
autor visitó en
1
~28.