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I
"
'
• '1
f
necida;
y
el
indio
d.e tez·
oscura
·que reverente se
ha
despajado
de sus ojotas y de su
chullo
(1) y
arro–
dillado
en su
poncho
de
colofes
reza
fervorosan1en·
te
con
las
manos
juntas, al
lado
d~
la
india
de
lliclla
(21
n1ulticolor
y tupo
[3) de pavas
reales
o
de
·Vira.cochas
de
plata, se
cree
tan
en la
casa de
su
padre, con10
la
chola repolluda
en sus
vestidos
de·cast11la y
de
enaguas
altnidotiadas, corno el
1nis...
ti [
4 ·) de
ancha
cadena y chal de
vicuña,
y
con10
·1a ernpingorotada dama
que
viste
de
seda y
se
al ..
haja
con
joyas
de inaprecia:ble valor
y
el
magis–
trado
y
el catedrático
v
el
sacerdote
y
el
soldado
de palas
y
el prelado que
en1puña
el
cayado de
una
grey.
El
Señor
de
lluanca,
hoy
como
en
los
días
evangélicos,
pertransiit he11efaciendo,
pasa por el
mundo
haciendo e1
bien,
hac1éndose todo par::i. to–
dos,
riendo
con
los
que
ríen
y
llorandu
con
los
que
lloran.
Nosotros
hernos
fijado
el
mes
ele
1\1ayo para
la
pritnera
aparición
del
Señor del Huanca
y
va1nos
a dar la razón que
he111os
teni<lo para
ponerla
en
este
tnes.
El
favorecido con
esta prin1era
aparicion fué
un indio.
que
trabajaba en las
minas
de plata, 11a..
1nadas ' '
l'anantin'
':(gernelos n1arido
y
n1
ujer)
en las
alturas de
IIuanca (5).
J~n
e1 cordón
de
cerros
que corta el horizonte
sobre
el
Santuario
hemos.
tenido oportunidad
de
----..
1 Gorro tf:ijido que llevan con tinuamPnte P.n
la
cabez-&
lo~
indios.
Lo9
hay
con dibujos rnuy lwrrnosos
y
complicado~ .
2
Llevan
f'n
l¡:ts
e~maldas
lat4
indias a
modo de reboz<t. 5'on
t~ji-
dos
a.rtí:-:t.ica,rnPnte
y
de
mny
agradable
aNpecto.
l
3) Prencfodor de plata
con diversas fip;ura8.
<i4- I
La indiada los l!a.rua así a los que forman
10.
ela~e
media de
lo~,
pueblos de
la
s iel'l:a.
f
Qnien
p8
se
uno8
cli'as en el Santnario no debe ({(tjar (le hacP.r
una. eRr·urRión
hast<\. el
Pnehatnsan
<le
dande
~e
dornina
un()
tfo
los
pa~
:norarnaR más
grandiosos
que es
doble imaginar
y
en.
C'IJJ"~
a.ltura esta·
ban
ln!í
1a1110Bas
minas
de
Yanantin.