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Rodríguez
habla
(11
de
un
am1go
que
invit~
®·
Valero
a
pasar
~unos
días en Calca, en su casa,
cuando ya el piadoso cochaban1bino estaba en vís–
peras de regresar a s u t ier r a
1
desconsolado por el
fracaso
de
su
larga
b úsqueda
e infructuosa expe-–
d
ición.
l)ice
Rodríguez q
ne. se trataba
de un
señor
El-izalde,
pero él mismo a continuación, explica
que el tal apellido .nunca existió en Calca
y
que el
amigo de D. P'edro
pudiera
ser algún señor Echa ..
rre
ya
que en los
alrededores
de
Ccoya, existe
un~
hpno1~able
familia de
este nomb re
(2).
Nosotros siguiendo la
tradición
rnás
exten–
dida
entre
los d e.votos
del Sefior de
Huanca,
con ...
tinuaremos
nue~tra
rel
aci6n, basados, en ella
sin
pretender
darle
may or
n1éri.to,que el que tienen
las tradiciones trasmitidas de generación en gene–
ración y que nada contr::irio
tienen
a la
fé, ni
a la
inoral, por el contrario, mientras no se pruebe
algo en contra,
tienen
tanta
fuerza,
como
el
docu..
rnento
escrito
n1ás
valioso.
Desesperado,
pues~
Valero, en su fracasada
1Júsqueda
de su h1enhechor
de
Huanca, se disponía
ya
para regresar a Cochabatnba, cuando un acon–
tecirniento
inesperado, cuanto más sencillo
y
pro.
"t'Ídencial, vino a devolver la
tranquilidad
al espí–
ritu del rico nlinero
de
Potosí.
TJna maña oa en que la sirviente [3] encarga–
da de hacer lás con1pras salía a
la calle
muy
de
1nadrug~da,
tropezó en ]a bajada de San Blas con
tl
nos
cuant .Js
indios
que arreaban
rnu
las cargadas
@on
gruesos palos de leña.
I_)reg-untados
si
eran
par3; la
_venta,
respo ndie r on que si
y
entonces' fue.
ron
1
nv1tados a entra r en casa de Valero para
des–
cargar.
r
l] A
punti:.>a: l.ilObre el
8~.n t nario
de
Huauea.
l2} La.
Celadora
Mayor
d P
la
Hermandad en Ccoya, señorita Ma.ría
.Ed1an·e pertenece a esta
fo
mí! j&.
f31
T"'a
tradi~ ion
o ral
que
hemo~
recogido cl foe que era una
ne~Ta
·~&e lava.