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M. JULIO DELGADO A.
De otro la<lo, la mayoría ha tratado bajo la faz jurídica occidentalista,
como el Dr. Quiroga (se le citó iporque vive cerca al aborigen y está más ca–
pacitado para hablar del in<lio) al presentar un proyecto de legislación in–
dígena al Congreso Regional del Sur. Otros bajo la faz histórica e.orno Val–
cárcel. Alguno en su faz política. Pocos como José Carlos l\lariátegui en el
aspecto prooominantemente económico. Otros como el Dr. l!lnr.ique López Al–
bújar sobre la psicología del indio huanuqueño (Amauta, 4 de diciembre
de
1926).
El Dr. Manuel Vicente Villarán en su interesante trabajo
"La Con–
dición Legal de las Comunidades Indígenas.
Félix Cosfo en su tesis <le baohillerato
(1915),
sobre la formación
socfológica de la propiedad Comunitaria indígena. Y otros más.
(1)
Pero de
todos modos se han hecho estudios <lignos del mayor encomio y ha pre-.
ocupado y preoou:pa hondamente, <les<le veinticinco años atrás, a
la in–
telectualidad peruana, si bien es cierto de modo aislado y
fragmenta–
rio.
(2).
Consideramos
indispensable
un estudio más científico, integral, minu–
cioso y , al final una interpretación sociológica. No somos-por cierto–
J.osllama<l-0s para emprender, porque carecemos de faculta<les. Sólo. apun–
tarem'Os a manera
de notas o sugerencias, las cuales podrían servir de
elementos ripiales
para la
construcción
<lel
eodifdcio
de la
.Sociolo–
gía Indígena. Estudiaremos preferentemente el F<>lklore. No como un mo–
tivo litera ·o, sipo bajo su aspecto .sistemático y como un elemento con–
tributivo a
a
Sociolog~a
aborigen. Para lo que liemos de relatar unos cuan–
tos f.enómenos o..bserva<los en algunas provincias de los departamentos <le1
Cusco y Arequipa, departamentos que personalmente <hemos visifa·do. Com·
pararemos las
ostumbres, tradiciones, creencias, en general, el saber vul–
gar del aborigen, entre población y población. ¡
No liemos de estudiar el pasado glorioso sino para arrancarle lo
ú-tit
y para explicarnos el por qué de los fenómenos actuales, ya que el pre·
sente es incóncebible sin el futuro. No formamos ,
p~es,
filas -con aque–
llos que "viven en el recuerdo y sueñan en el fausto de sus antepasados'',
sin ninguna finalida.4 pracmática.
(1)
Uriel Gar.cía trata <lel indio en su último libro "Neo-Indio"
(1930),
aun cuando hubiera sido ·de desear, que ·un intelectual como él-observador
y con dotes-haya de&cendido al examen minucioso de los hechos genera–
<lores antes <le la deduc-ción; sin embargo, es una interesantísima interpreta–
ción socio·psicológica dentro <lel campo cósmico sobre la significa-ción del
alma americana,
que él llama neo-indio
incluyendo
a
todo habitante
americano.
(2)
Corno esta enunciación,
solo es a manera
<le ejemplo, inclui–
mos las numerosas tesis y publicaciones, todas ellas interesantes, sin · que
signifique omisión intenciona<la ni desconocimiento de s:u valor ,generoso
en pro de problema
tan fundamental. La revisión ofrecemos
hacer en
otro ensayo.