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ERNESTO MORALES
Ya hemos dicho que todas las fiestas eran ame–
nizadas con musicas, danzas
y
c.antos.
Los musicos tomaban el nombre de
taquiy–
camayre,
y
pulsaban diestra
y
armoniosamente
instrumentos similares a pitos, flautas, cascabeles,
trompetas
y
tambores:
(pincollo, ayatichic, quena,
zacapa, quepa, huancar,
etc.).
Las danzas no eran nada lubricas. Simboliza–
ban siempre algun hecbo o fen6meno natural,
como la flor azul
(
ancash-tica)
o el arco iris
(turu-manya)
0
el vuelo del condor
(cuntur-pa–
hua),
para los cuales servianle sus vestiduras de
Janas multicolores, tan vivas
y
bellas, cuanto la
agilidad
y
armonia de sus movimientos.
Los cantos, hecbos en versos menores, de cinco,
seis o siete sllabas, por lo comun, libres de rimas,
expresaban casi siempre dukes sentimientos ele–
giacos:
Mando a mi coraz6n
que no ame,
y el pobrecito responde
que no puede.
Un cantor lo decia, acompafiandose de su
cha–
ranco,
y
el coro repetia la estrofa. Por ejemplo :
Ya amaneci6. La luz se ha derramado pot el
cielo y la tierra. El Creador esta alegre. Yo debe–
ria estar alegre tambien; pero
roto
tengo mi co–
raz6n por una tristeza grande. jAy! Bebo mis
Ia-