I
COMO todos los pueblos de civilizaci6n aun no
acabada, el incaico era un pueblo profunda y sin–
ceramente religioso. Sus fiestas tenian todas un
caricter panteista y constituian un simbolo.
La primavera, epoca del ano en que las fuerzas
de la naturaleza se sienten remozar, hallo en la
liturgia del
Inti
un sitio de su predilecci6n.
Cuatro eran las fiestas principales que se cele–
brahan en el imperio del Inca, y las cuatro tenian
caracter agricola-religioso; correspondian a los
solsticios y equinoccios.
Se verificaban estas fiestas: la del invierno, en el
mes del Intip Raymi; era la fiesta de la cosecha.
La de la primavera, en el mes de Coya Raymi;
era una fiesta expiatoria. La del verano, en el mes
de Capac Raymi. Fiesta de
Huarachicu,
o sea
la
de armar guerreros a los j6venes de sangre real.
La del otoiio, en
el
mes de Pacha Pucuy; era la
fiesta de la madurez ( l ) •
(I ) Los cronistas espafioles, Betanzos, Velasc-0, Molina,
Fernandez de Palencia, Balboa, Morua
y
otros,
y
aun los