ESTUDIOS INCAICOS
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neral de que es pr6diga una tierra tan volcinica,
nos habla del barro especial
(
safiu)
y de la greda
(llanca)
que emplearon para su alfareria, aunque
el Padre Cobo supone a esta mas atrasada de lo
que, en realidad, estuvo. Cierto que no conocieron
el vidrio, pero supieron dar formas varias y colo–
res brillantes a sus vasijas, trabajadas con primor
y paciencia. Pulimentibanlas en tal forma con pie–
drecillas suaves que en ellas, segun afirma en su
Diario
Jose H. Ruiz de Chile, "llega a verse la
cara".
Entre las mochas maravillas de que se hace
asombrado eco el Padre Cobo, esta el de unas fuen–
tes cuya agua al correr se transforman en piedra y
las de arboles que, sumergidos en determinadas
aguas, conviertense en piedras, con la singularidad
de que la parte sumergida es piedra y la otra sigue
siendo madera.
T odo el libro III esti dedicado a describir pie–
dras de particularidades curiosas:
copaquita, ba–
quimasci, macay, piedra bezar,
o la explotaci6n de
minerales ya conocidos por los espaiioles: oro,
plata, azogue, bierro, cobre, estaiio ...
Los libros IV, V y VI estin dedicados al reino
vegetal, donde las variedades y maravillas de aque–
llas tierras tropicales se hacen mas numerosas.
El maiz, origen del pan y del alcohol para los
indigenas. Tambifo los hicieron con la
quinua,
aunque en menor grado. La
acbita, papas, ocas,