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ERNESTO MORALES
Huaman Poma; pero no cay6 en el extremo opues–
to, no se hizo su detractor como otros cronistas
con el solo fin de justificar las rapiiias y cruelda–
des de los conquistadores. No deja de considerar
falsa e idolatric.a la religion del
Inti,
pero sabe res–
petar cuanto ella tuvo de admirable. Esta es tam–
bifo su actitud ante las leyes y costumbres del im–
perio conquistado. Por eso extraiia ver en
et
afir–
maciones como esta: "Padecen extrema necesidad
los pobres, por la poca caridad que usan con ellos
los que los podian favorecer; todos son verdadera–
mente despiadados, mezquinos, sin rastro de libe–
ralidad para repartir sus bienes con los necesitados.
Pero, los que mayor necesidad y miseria experi–
mentan son los viejos" . . . Afirmaci6n falsa en
su totalidad: En el imperio incaic.o, por su sistema
social oligarquico-comunista, no habia pobres. Y
los viejos estaban al amparo de la miseria mucho
mejor que en cualquiera de las naciones civilizadas
de
la
epoca,
y
aun de la actual. Hombre que hu–
biese trabajado de acuerdo con las leyes que asi
lo ordenaban, podia estar seguro de que su vejez
no estaria desamparada, siempre dentro de los limi–
tes de su casta. Cobo anduvo desde Mexico hasta
Chile, y a veces confunde unos indios con otros o,
por lo menos, no dice de quienes habla. Esto pue–
de ir en su descargo. Porque de las tribus barba–
ras del tr6pico a los indios formados en naci6n
bajo el cetro del Inca, bubo, con seguridad, mucho
mas diferencia que entre estos y Ios mismos con–
quistadores.