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usual decir: El c6ridor de los Andes es
alasa~
pa.
Don Matias es suertesapa en los juegos ;
por la frase: Don Matias tiene
~ucha
suerte
en
el
juego. (En la frase no cabrfa la palabra
suert6n,
y
solo equivaldria
suertes
1
~pa
a afor–
tunado).
I
Este niiio humasapa debe tener mucha
memoria; por: Este niiio cabez6n d be tener
mucha memoria.
Aquel sujeto es hombrosapa; por: A–
quel sujeto es hombrudo.
lgualmente, n6tase que la terminaci6n
npa,
ademas de dar a los nombres
co~dicio
nes de aumentativos,
1
les imprime cual dades
adjetivales.
Cuarto caso. - En el empleo de contrac–
ciones inadmisibles.
La lengua castellana, en su c6digo la
Grarnatica, no admite mas contracciones que
las formadas con la preposici6n de
y
el articu–
lo el,
y
por elici6n resulta del en vez de el; la
formada con la preposici6n a
y
el
articulo el
que contraidas las
palab~as
dan al. Aqueste,
esotro, raras veces se usan en las composicio-
nes literaria,s.
,
Sin embargo, con harta frecuencia escu–
chamos en nuestro medio social la tendencia