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belicosos y rebeldes, y refiere los esfuerzos conti–
nuos del Padre Gaspar de Monroy para convertirlos
a la religión católica. Al fin, los dos caciques prin–
cipales de los Omaguacas, Piltipico y Teluy, fueron
hechos prisioneros y bautizados por la fuerza en
~-
1595 .
Así,
los españoles alcanzaron a dominar a los
Omagnacas que, desde el pasaje de Almagro en
1536, no habían dejado de a.tacar a las tropas espa–
ñolas q'ue venían del Perú a Tueumán, ni de destruir
sus establecimientos en Juj uy .
«Todos los autores denominan
J11tjitys
a los Indios
que se opusieron a la marcha de don Diego de A l–
m~gro;
estos Jujuys, con mucha probabilidad, no
eran sino una tribu de Omaguacas . .Aunque ningún
autor designa la localidad exacta donde fué ata–
cada
1a
vanguardia de Almagro, los
J
uj nys eran
probablemente una de las tribus habitantes de la
.Quebrada de Humahnaca . Lozano enumera (t. IV,
pág., 402) las tribus siguientes, que fueron sometidas
por l os fundadores
ele
la ciudad de
J
ujuy :
Puru–
marnarcas, OsciJs) Paypayas) Tilians, Ooloyas
y
Tisca–
ras.
To<las estas tribus eran sin duda
Orncigucwas,
aunqne Lozano nombra a éstos aparte, para señalar
a los Omag·ua as de los alrededores de la población
actnal de Humabuaca. Los
Piiruniamarcas)
llamados
también
Puqniles
por el mismo autor, eran la trtbu
habitante de la Quebrada de Pnrmamarca. Los
Tiscaras
deben ser los
Tilcaras,
la tribu de
Tilcara}
pneblo situado al norte ele Pnrmamarca. En cuanto