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salitroso
ni
arenoso
y
se podía hacer molinos,
y
'te–
ner acequia.s perpétuas sin tanto daño
y
trabajo de
Jos indios'···
Varios vecinos de
Esteco
se trasladaron a esta
nueva ciudad; pero algunos viejos fundadores rehu–
saban hacerlo, por el
amor
que tenían ' a las casas
que edificaron
y
viñas
r
heredades que plantaron' ...
Parecíales 'que no
habían
de
gozar - ya - las que
fueren a edificar
y
plantar
a
otra parte',
y
se
resis~
tía.n, como es natural. Era, pues, como
desarraigar
a
estos l obres ancianos, hechos
y
contentos
ya
con
sus 'arenales
y
salitrales malditos' ...
Pero había también otras razones de un orden
más práctico. Los que estaban asentados como fun–
dadores en
La villa,)
como se llamaba a
Madr
·a
de
las Jimtas) (tenían
tomadas las mejores cuadras
y
sola.res al rededor de la
pla.za', con lo cual los <le
Esteco
habrían
'de tener lo peor'. Además, otros
tenían 4
ó
5 repartimientos de indios situados a 17
ó
18 leguas ele
Esteco)
'a la parte contraria de
las
Jivntas),
con lo que vendrían a quedar como 'cua–
r enta
y
dos leguas de la nueva población', acarrean–
do «dificultad en las elecciones porque cada una de
las dos
repi'ibli oas
qnerría se hiciesen alcaldes los de
su parte:..
»
Barra.za,op.).
No obstante esto, el traslado era al parecer con–
veniente. Por lo pronto, se acababa de
descubrir
'un
camino nuevo que
iba
desde Santiago derecho a
las
Juntas',
desde donde, a su vez, se podría pasar di–
rectamente a Salta, dejando a Esteco arrinconado