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conquistadores) ; que desde allí torcieron otra vez al
norte, y anduvie;ron tanto que fueron a
pa~~ar
e.n el
Cuzco, al mismo tiempo que Pizarro se apoderaba
del Inca Atahualpa... Según el Padre
Techo.-
uno
de esos cronistas, - César y sus tres compañeros
caminaron, caminaron,
pa.rallegar al Cuzco, nada
menos que 'dos mil leguas' ...
2.
Realidail.
-
Véase,
aho~a,
a lo que
dej~1,
el se–
ñor P. Groussac, reducida esta aventura :
1
•
«Respecto de la jornada misma de Francisco Cé–
sar
y
sus compañeros (que fueron catorce) - dice-,
~
todo lo .que resulta de documentos - principalmente
.
\._·.
de las declaraciones en el proceso de Gaboto - es
que, salidos los expedicionarios de ·Sancti Spíritus,
en octubre de 1529, vol vieron con -César. seis de
ellos, a los tres meses de la partida, después de co–
rrer tierras hacia el su<l.oeste,
y
contand.o maravillas
de lo descubierto, pero sin enseñar la menor mues-
1
tra de J,ªs 'grandes riquezas de oro, plata o piedras
preciosas ', que uno de ellos (no -césar) mencionaba
\
más tarde en el interrogatorio. Parece que, dividi-
dos en dos grupos, los exploradores tomaron el
rumbo de la Cordillera, torciendo después hacia el
sur. Se dijo que la partida de César (de la otra nunca
se tuvo noticias) había llegado a las regiones del
lago de Nahuel-Huapí, en cuyas cerca.nías la leyenda
colocó más tarde la 'ciudad encantada'. Es difícil
admitirlo. En una correría pedestre y sin
rumbo,
de
40
ó
50 días, al través de desiertos, ríos
y
montañas,