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ñas de oro cualesquiera relumbrones que divisaban,
- otros
españoles,~capitaneados
por Diego de Rojas,
penetran del Alto Perú al Tucumán. Lo andan de
punta a punta hasta salir al PaF ná, y, después de 4
años de altas
y
h/tteras
heroicid~des,
regresan al
Perú, rotos y pomposos»
(op.,
pág. 470) .
2 .
La noticia...
-
Propalada, quizá por los sol–
dados de Almagro y, según Herrera y el Padre Lo–
zano, por los de la 'jornada de los chunchos que hizo
el famoso capitán Peranzures de Campo Redondo,
por los años de
1538'
(Lozano,
op.,
t.
IV, pág.
21),
corría en el Perú la noticia de ricas y extensas re·
giones no exploradas, abiertas entre el nacimiento
del Río de la Plata y la gran 'Cordillera de las sie–
rras nevadas'... Y aprendida
y
divulgada, talvez
por la gente de Almagro,
.Tucimián
debió ser lai de–
nominación -vaga
y
general - que en
1542
se daba
en el Perú a estas comarcas, sobre todo en la parte
noroeste, a contar de los valles Oalchaquíes centra–
les .. .
3.
Don Diego de Rojas.
-
Sucedió entonces que
don Di_ego de Rojas pidió la
entrada
en ellas, solici–
tado a l
pa1~ecer,
más que por su conquista, por el
vivo deseo de descubrir la famosa 'Trapalanda ó
Oíuclad ele Jos Césares', como empezó a llamarse a la
imaginaria ciudad de riquezas estupendas que, se–
gún ya dijimos, se ubicaba muy al sur de estas tie–
rras, j unto a la Cordillera...
(31) .