Table of Contents Table of Contents
Previous Page  61 / 276 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 61 / 276 Next Page
Page Background

El jardín de oro

l uno roni tas ntre 11

blan n lerro h

o·i sel un « jardín de ro». a fu r pr odu i el lar ·o l rra:D d di ch

e ritor uien lo identifi a e n la hu rta lel l u tro (ver página 4 ).

'oincide on el

f

nrlo d .e ta amr ulo a de ri1 ci / l

ue di Oieza

d León (p.

107)

obre el amo o « jardín de r

»:

«

T nían un jardín que lo terrone ra p daz

ro fino, y -= taba

artificio amente embrado d

aizale , lo cnale

~

ran [d ] oro a í la

aña dello como la hoja y mazor a ; y e. taban tan bi n planta lo , que

aunque hicie en r cío vi nto no e arrancab n. in todo e o tenían

hecha má. de veint.e oveja ele oro con su cord ro , y l pa tores con

u honda

y

cayado , que la guardaban, be.cho de te metal.

abía

mucha cantidad de tinaja de oro y de plata y e meral las, va o , ollas y

todo género

~e

va ijas, todo de oro fino. Por otra._

parede tenían e cul–

pida y pintadas otras mayore cosas. En fin, era uno de lo [má ] rico

templo que hubo en e} mundo.»

Como e ve, Cieza de León no dice nada acerca de la itua ción del

famoso «jardín».

'

El último de los investigadores, tlno que ha e tudiado,

in situ,

lo que

ha quedado del hi tórico monumento, George E. quier, por lo contrario

es muy preciso. Según él (p.

54

7), el templo e taba situado en el barrio

inferior de la ciudad a unos

80

pies sobre el nivel del arroyo Huatenay.

.Hacia dicha corriente de agua, el terreno bajaba como ,hoy todavía, ha–

biéndoselo transformado en terrazas fijadas por piedras; este terreno,

según Squier, era el famoso «jardín de oro» y medía (p.

553) 600

pie

en el largo y ca

i

300

en el ancho. El viajero norteamericano no puede

reer que un terreno tan grande haya estado relleno de objetos de oro y

plata, de ninguna utilidad práctica, mientras qne los incas, según se

imagina, eran gentes de miras económicas y rnaterialístfoas; pero la ob–

ervaciones de Tschudi (orig. pp.

84-85,

trad. I, pp.

177-179)

quitan a

e tas deuda toda importancia.

Squier, en u plano de Coricancha que reproducimo , no marca el

«jardín de oro», limitándose a decir que estaba situado ante el extremo

redondeado d l actual edificio principal, adornado hoy en día con una e -

pecie de balcón (ver nue

'tra

figura n

º

3), de. de el cual e abre una vis–

ta espléndida. Supone al mismo tiempo que e e extremo, alto y redon–

deado, con trnído de grandes bloques como tanta otra murallas incai–

cas, otrora ha3 a ido nna

intihi¿atana

o plazoleta con un pequeño cono

central para let rminar por m dio del largo de la ombra, la altura

del ol y lo equinocio ,.