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EXPLORACJON E INCIDENTES DE VI AJE

llueve rara vez, por doquiera en el interior, las ruinas de

ciudades incaica.s, están caracterizadas, por sus agudos mo–

jinete.<;, que casi siempre t.ienen uNa ventana, y con frecuen–

cia dos. Estas ventanas set:vían en ocasioneR como puet·–

tas de ingreso al segundo

pi~o

ele la casa, al que se llegaba

por medio de una especie de escalera fonuada ele piedras

planas empotradas en la pared.

Los mo.iinetes no eran siempre de iguttl declive o forma,

Por regla general eran apuntados como los dfJ Hol a nda.

En las casas situadas en

la~

lader'ls de las colina,s, donde se

emplazaba de preferenda las aldeas, _ya que de esta mane–

ra el terreno llano era reservado para la a,gricultura, el de–

clive del mojinete hacia. la ladem era meuor. Ya veremos

algunos hermosos ejemplos de casas incaicas de to.das cla–

ses-de uno, uno y medio, dos o más piso:-;, f'On ventanas en Jos

mojinetes

y

en los costados-al tratar de las importantes y

complicadas ruinas de Ollant.aytambo.

Puedo agreg·(:t,r que cuando el Inca. ordenó la construc–

ción del t emplo en una foetna dliferente de todos 'los templos

del Perú. e corttró

arquittlcto~

idóueos para la ejecución de

su mandat o , pues s enteramente único en su plano.

No he encon rado col umnas

1¡)1'1

ning·ún

OGI'O

edificio,

y

parece que ningún, otro tuvo altura t'an g-rande. Las ·pare–

des de ado

e.

encima de las de piedra labrada no son, sin

embarg-o{tlna ca-ract-erística peculia-r de

es.t~>~

edificios; las

he observado en otros, no·sola.mente en los mojinetes s.ino

en las paredes en general. Un notable ejer.nplar se encuentra ·

en el antiguo templo, hoy iglesia de Guitera, a dos días de

viaje de la costa, en el valle del río de Pis0o . Las coronaciones

de adobe de Jos edificios de piedra han sido, naturalmente,

destruidas por la acción de la intemperie, en muchos caRos,

quedando únicamente la obra de cantería. De la altura re–

lativamente pequoña de estos mm·os de pierlm, podría de–

ducirse una cousecuencia errónea acerca de lo que los cronis–

tas llaman la maj estacl de algunos edificivs per'uanos. .

Como los nichos ornarnen.tales conAtituyen una carac–

terística constante y peculiar de la arquitectura incaica;

debo hacer aquí algunas observaciones.

Su objeto,· cuando se encuentran en el extet·ior de los

edificios es netamente ornamental, en ciertos casos, en que

se presentan en el interior descubrimos el mismo propósito.

Hablo ahova de Jos más gmndes o sea de los que llegan

hasta cerca de los pisos o el suelo mismo de los departa men–

tos; los hay otros que no tienen nichos reentrantes más pe–

queños, sino que Pon simples alacenas, como si no hubieran.

tenido puertas, más anGbas -en -la parte inferior que en la