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FXPLORACION E INCIDE 'TF. DE VIAJE
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excepto las cavernas, ni madera,
y
en
grand~
di.
t
nn iA
ni
pasto ni agua. SPr alcanzado por la t em pastad o p rder
las mulas a consecnPncia de la. fat.iga o del temido or·oche
(1)
trae
con~ig:o
graudes sufl'imient0s
y
a menudo lu. rnner–
te, como muy claran1ente lo advierten al desventnrarlo via–
jero, los millares de esqueletos
y
cadáver
di~ecad
os de
hombres
y
animales, diseminados en esta
puua
sal
va.jey
en los elevados pasos o puertos ele las
montafin~.
Durante cinco días bregamos sob•·e estos ceiTOS lwlados
y
llanuras desierta , en un escena•·io
al vaje q ne sólo el
lápiz de Doré podría retratar; sin otl'o alimPnto que el que
llevábamos con nosotros, la carne que podían p¡·oporcio–
narnos las pocas alpacas, vizcachas, llama .
y
hnanacns,
únicos animales qne aquí se encuentr
an, La estación de
lluvias había comenzado; los severos
vient.osrug-ía.n en
nuestros oídos,
y
arrn.::;tmban la arena,
cuyas part.iculas se
da vaban como aguja. en nuestros hinchados rostros; en
tanto que la nie\·e circulabft en
torbellinot~
en torno ele lus
altos picos
escar~adus
que elevan por doquier su!:! rase ra–
bajadas ere,. as (2).
El sexto
ía despuP de nuestra pa •·tida de Ayncncho,
el arriero no dío ela.lto en la ceja de nna formidable qne–
brada, cuya par
u
b-abíam s ef-:caladg con inminente peli–
gro de nuestras viaas, durante cloR horas. Corno no eran
mÁs qu
lat~
dos de
la
ta.nlt!,
y
n.nnque
las mu–
las con
las cabezas g-achas, I'eRpiraban
fat.igu~amente,
me impacienté sour-f' manera con la paraua, tanto más al
ver que el arrie•·o romenzaba a descargar las mulas con el
visible propósito de acampar.
Por qué Yamos a detenemos aqn í tan temprano?, pl'e-
~~
.
El arriero no me rE>,.pond ió con p::tlabras
ino que agitr)
su sombrero en dirección de la ll an ura despe.iada, inrut>nsa,
desolad a, clesiert.a, teniblemente
:1
cciuelltu da
y
al pa1·ecPr
interminable, qne
~e
extendía delante de
uoAot.ro~;
una lla–
nura. in una brizna tlt> hierb a ni
¡;;piftal
alg-unade vida;
helada
y
clesnuda, como
:->i
los
viento~:~
;n-remulina,clo, hubie–
ran barrido el último gTano de arena Lle las roc:os que o-
(1)
Soroche o soroccchche
e. una palabra quechua
que
ignifica
mal de las montañas o anoxemia..-
'K.
del T.
(::!)
En la sier ra,
la
roca
pizarros·-t , rPsquebrajadas por ac-ción
del hielo,
(salloc-rumi)
ruedan ince ·a ntement,o ·omo río.
ec0 ,
arra–
an
y
cubren el terreno.-
T .
del
T.