154
EXPLORACION E INCIDENTE DE VIAJE
---------------------
habíRn Rucumbido
y
que habían sido abandonado a la vPra
del camino como pasto de los cóndores.
No podíRmo¡:;¡ dudar de que "El N!O!vado · nos s ig uiera,
tanto más teniendo en
con~ideración
que su hermano de
leche iha por delante. Tan prouto como obsf·ut·eciú por
completo, aflojamos el paso
y
rniraruos hacia ad ela nte pt·o–
cnrando ver a nuestros
compañero~ ,
y
h1wia at.t·á,s para
distinguir nuestros caballos, ¡wro en vano.
llahía n dPsa–
parecido todos los rastros del camino. Litemlmente, lo
había mos perdido y desmontamos. Apelf\ a l recurso indíge–
na de aplicar . los oídos a.! suelo para escrutar las pi sadas de
Jos hombres o de Jos animales, pero ig ualmente !-;in resul–
.tado.
Di~Sparé
un tiro ue rifle, no me quedaba otm
co~a
que hacer.
·
Un segundo después, poco más o menos, escuché ia res–
puesta claramente, tan claramente qne me parda el eco
extinguido que salía de alguna proftmdidad a nnestra iz–
qnierd81.
(Tu momento más,
y
una segunda detonaeió11
sonó como del interior de un pozo.
Sucedió qu1:1 nuestro a rriero haOía de cendido a
lliHl
qu e–
brada que podía bien llamarse un
abi~tuo,
en bmwa de un
poco de agua, de unas brizna¡:;¡ de re'3i-stente ich u.
y
de lo qne
no imp@rta a menos, o sea, de unos montoncitos d e boñig·a
de vicuña ne sirven de combustible. Después de una sun–
t uosa cena de charqui .r un a taza de cafP., D.
y
yo volvimos
a subir a la llanura a
lim~cat· aunqu~
inúltilmente nue:o; t ras
bestias penlidas. Nos re t iramos por fín a nuPst ras camas
(si podía llamar<le irse a la cama apelotonarse en el santo
snelo) con la seguridad que nos infunct ió el arriero de que
las
bestias
nos encontr·arían ant,es del amanecet'.
Amaneci6. La mañana em fi'Ía
y
húmeda.
Lo~
caba–
llos no a parecieron. MiPnt ras se preparaba el
almu~t·zo,
n
y
vo Pecalamos uuevamente los abr·nptos declives de
1 •
que–
b ,:ada, a.dmit·ándouos de cómo pudimos subir
y
bajar por
ellos a oh:.;curas.
Nos encar-amamos en las rocas v
miramo~
con
nw~stro:'l
anteojos en todas dirPcf!ioneR en un · va11o
e~fue rzo
p:tra df's–
cubr·ir nnest.ros animales.
Descenclimo~
otr·a vPz al fondo
de la quebrada; no" descargamos ele nues t,ras
aJf()l,ias
.Y
haciendo que se adelantaran nuestros compañeros cou las
cargas , pH ra alcanzarlos antes del anochecer, regTesamo-,
para bnscat· en la llanura al "Nevado"
y
~u
compañe ro
errante, sin o t ro equipaje que nuestras pistolas
y
ponchos
de aguas.